Quoyle es un periodista de tercera que vive y trabaja en el estado de Nueva York. Casado con Petal, una mujer atolondrada y casquivana, tras un mes de ardiente pasión, seis años de tortuoso matrimonio y dos hijas (Bunny y Sunshine), Petal muere en accidente de tráfico cuando viajaba en coche con su último amante, tras haber vendido a sus dos hijas a las que Quoyle recupera.
A tal tiempo, cuando aún están arreglando papeles por la muerte de Petal, aparece por allí la tía de Quoyle, Agnis, que regresa a Terranova, la tierra de sus ancestro, desde Florida, donde ha vivido los últimos años. Convence a su sobrino para que él y las niñas lleven a cabo un cambio radical en su vida y la acompañen en su viaje.
Gracias a la llamada de un compañero de trabajo, Quoyle es contratado por el periódico local de Killick-Claw, "El pájaro charlatán" y tratan de reparar la vieja casa familiar, un lugar inhabitable que les dará unos cuantos quebraderos de cabeza. Quoyle cortejará de manera pausada y sin demasiada convicción a una viuda llamada Wavey que se aferra de manera incomprensible a la memoria de su marido fallecido, un tipo mujeriego que iba sembrando hijos por todos los alrededores, igual que Quoyle se aferra al recuerdo idealizado de Petal.
Gracias a que la tía Agnis tiene todo el sentido común que le falta al memo de su sobrino, todos ellos irán saliendo adelante en esta tierra que la norteamericana E. Annie Proulx, nos describe con detalle, una mezcla de maravillosos paisajes nevados, de naturaleza casi virgen, aunque con los primeros síntomas de contaminación, al tiempo que un lugar duro e inclemente cuando la propia naturaleza se desata.
Una variopinta panoplia de tipos y personajes desfilan por las páginas del libro, mientras la autora nos traslada una historia en la que mezcla algo de melodrama, momentos de humor, algo de realimso mágico y un viaje de autobúsqueda en el que los viejos fantasmas van tomando cuerpo y desafiando a los vivos a que los venzan y superen los momentos desagradables de su vida pasada.
Hay nomentos en que la novela se torna una verdadera enciclopedia sobre gastronomía, geografía o costumbres locales y también de reivindicación de los problemas paticulares de aquellas gentes (han prohibido la pesca a los pescadores locales, porque no hay peces, pero quién se los llevó: Los norteamericanos, los canadienses, los alemanes, los rusos, los portugueses, los españoles, los japoneses... y ahora, a los de aquí, se les prohibe hacer lo que estuvieron haciendo toda su vida), en medio de ello, como si de un símil de su propia vida se tratase, el pobre Quoyle trata de encontrar una salida a su complicada existencia, con tantos elementos en contra como los que la dura vida de Terranova le presenta.
Annie Proulx ganó el Pulitzer con esta novela y es autora también del relato corto Brokeback Mountain, publicado en The New Yorker y llevado al cine por Ang Lee en 2005. Atando cabos también tiene su versión cinematográfica de 2001, dirigida por Lasse Hallström y en la que intervienen, entre otros, Kevin Spacey, Julianne Moore, Cate Blanchett y Judi Dench.
Hola.
ResponderEliminarVi la peli, pero no sabía que había novela.
Gracias por la reseña y feliz día.
A mi me ocurrió al revés, llegué a la película a través del libro.
EliminarA menudo se tiende a amar con desmesura a los que más daño nos han hecho. En el amor no rige mucho ni la lógica ni el sentido común.
ResponderEliminarAsí resulta en ocasiones, que parece que hay gente que le va el papel de sufridor.
EliminarCon un argumento tan variopinto, no me extraña que la novela se titule atando cabos.
ResponderEliminarEl protagonista va descubriendo cosas del pasado, por ejemplo de la triste infancia de la tía Agnis, que sufrío violaciones y abusos en la infancia y va atando cabos, como dice el título.
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