Dover es una pequeña ciudad de algo más de 30.000 habitantes, situada en la costa Sureste de Inglaterra. Mucha gente sabe donde está, o ha oído hablar de ella y es que su puerto, es el punto más cercano desde el Reino Unido al Continente, convirtiendo a su terminal de ferrys en la más activa del mundo, por la que transitan, cada año, millones de viajeros.
Una de las particularidades geográficas más conocidas de la costa de esta región, son los blancos acantilados (white cliffs), mundialmente famosos y que han despertado la admiración de los viajeros desde los albores de la historia.
Los Acantilados Blancos de Dover, constituyen la primera visión del viajero cuando llega por mar desde el continente hasta Inglaterra. El color se debe a la presencia de creta, un mineral calizo sedimentario de color blanco. Es conocido el nombre con el que los romanos bautizaron al reino de los britanos, precisamente por este color característico de la costa: Albión.
Lo cierto es que muchos de los viajeros, se dirigen directamente al puerto para tomar el transbordador y no llegan a visitar la ciudad. Ellos se lo pierden, porque merece la pena dedicar unas horas, a conocer esta población donde lo nuevo y lo antiguo se mezcla de manera armoniosa.
El paseo por Dover es de lo más agradable y la impresión que uno saca es que hay mucha más oferta comercial de la que su número de habitantes podría indicar, supongo que será debido a su carácter de ciudad de paso.
La joya de Dover es, sin duda, su castillo, del que otro día hablaré, porque se merece un amplio espacio, pero no quiero olvidarme de citar el museo, situado en Market Square, en el centro de la ciudad y que alberga en su interior, entre otras muchas cosas, un bote de la edad de bronce que fue hallado en 1992 cuando se procedia a excavar para unas obras y una curiosísima colección de maquetas que nos muestran la evolución de la ciudad en todas las épocas.
Por la noche, una buena opción es visitar uno de los numerosos pubs, con ese ambiente tan peculiar de estos establecimientos. Tuvimos la suerte (gracias a nuestra guía particular) de disfrutar de música en directo en el que visitamos, al tiempo que degustaba una buena "pinta".
Algo de lo que me resultó más agradable y encantador de Dover, fue su paseo a la orilla del mar:
Para acabar de hacer más agradable y placentera la estancia, nuestra queridísima anfitriona nos había reservado alojamiento en el coqueto y encantador Dover Marina Hotel:
Esta es la parte trasera del edificio:
La agradable terracita exterior:
Y, para finalizar, las magníficas vistas que teníamos el privilegio de disfrutar desde nuestra habitación (donde paramos poco, por cierto):
He ha gustado mucho tu entrada.
ResponderEliminarOtro sitio para visitar!
Un saludo.
Merece la pena.
EliminarGracias por las fotos y la recomendación, me lo apunto para una de mis escapadas
ResponderEliminarUn abrazo
Ojalá lo disfrutes como yo.
EliminarMe alegro de que hayas disfrutado de ese viaje, enhorabuena y excelentes panorámicas las que nos has mostrado.
ResponderEliminarSaludos Trecce.
El que se ha alegrado de veras soy yo, Rafa y más teniendo en cuenta que, tal y como está el panorama y conforme ha quedado mi bolsillo de esquilmado, no sé cuando volveré a hacer un viaje de estos.
EliminarMe alegro mucho amigo que hallas disfrutado de un lugar bonito sin duda por las fotos y que yo particularmente no conozco pero de tantos sitios bellos sin duda este es uno a tener en cuenta.
EliminarLas fotos costeras son maravillosas, además se prestan siempre a bellas fotos, particularmente me atraen mucho los paisajes de playas y costas.
Saludos Trecce.
Es que esas vistas maritimas son una delicia.
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminar¡Anda que viaje tan chulo! ¡Me ha gustado mucho tu crónica! De momento no entra en mis planes viajar al Reino Unido por muchas razones, pero viajar leyendo a amigos y viendo sus fotografías es también una bonita forma de viajar. ¡Gracias!
Besos.AlmaLeonor
Tú que eres viajera emperdernida, seguro que algún día recalas por allí.
EliminarMe gusta lo "british".
ResponderEliminarMe alegra que hayas disfrutado, espero que también durante los próximos días, aunque sea en casa.
Saludos.
A mí me ha encantado, Maribel. Gracias.
EliminarEl viaje a través de la mirada ajena es siempre una manera diferente generosa de compartir el mundo, ¿no?
ResponderEliminarYo creo que sí, nunaca sabes a quién pueden servirle tus experiencias.
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