Si existe un caso paradigmático que represente la diferencia entre "saber" y "saber vender" o "saber venderse", es el de este inventor serbio nacido en Similjan, Croacia (entonces Austria-Hungría), en el seno de una familia ortodoxa serbia, el 10 de julio de 1856 y fallecido en Nueva York, el 17 de enero de 1943.
Tras acabar sus estudios de ingeniería eléctrica, viaja a Budapest para trabajar en una compañía de telégrafos norteamericana. Al año siguiente se traslada a París para trabajar en una de las compañías de Thomas Alva Edison, donde realizó su mayor aporte: La teoría de la corriente alterna en electricidad.
El director de la planta parisina, Charles Batchelor, lo ve claro y piensa que entre su jefe, Edison y su empleado, Tesla, serán capaces de revolucionar el mundo, así que le envía a EE.UU. con una carta de recomendación para Thomas Edison. El determinado Tesla no solo está decidido a trabajar con Edison sino que además pretende persuadir a éste de experimentar con la corriente alterna que él considera la mejor opción para dotar de electricidad a las ciudades en vez de emplear la corriente continua, favorita de Edison y que se utilizaba por aquellos tiempos.
Se ha dicho que Edison fue sobre todo un hombre de negocios que supo sacar rentabilidad a los descubrimientos de otros que trabajaban para él y que su empresa patentaba, y que sus inventos van en oposición a la naturaleza, mientras que la filosofía de Tesla era la de acompañar a esa naturaleza y sacarle rendimiento sin tratar de ir contra ella. Sus arranques de ingenuidad, al querer compartir con otros sus conocimientos o sus ideas como la de suministrar energía eléctrica gratuita, le hacían poco compatible con las ideas representadas por Edison.
Tesla veía primero la urgencia del avance, de la mejora necesaria que cambiaría definitivamente el presente y el futuro de la humanidad, y después, y como inevitable consecuencia, el rédito económico y el reconocimiento social. Edison veía exactamente al revés, su principal objetivo era el de mantener contentos a sus inversores que justamente se encontraban un tanto descontentos con respecto a la seguridad que brindaban sus líneas de distribución de corriente continua, y para tal fin contrata a Tesla para que mejore y perfeccione sus motores de corriente continua. Prometió pagarle 50.000 dólares, si efectivamente lograba la mejora. Aun cuando Tesla prefiere sin duda alguna la corriente alterna, trabaja horas sin descanso. Como era de esperar Tesla cumple con su cometido y Edison no cumple con su palabra aduciendo que el pago de los 50.000 dólares, se trataba de una “broma americana” ( después de pensarlo, no logro comprender el “sutil” estilo humorístico/económico de los americanos ). Por si esto no hubiera sido suficiente, Edison también se negó a un aumento de sueldo de 25 dólares semanales ( ¿sería otra vez una broma americana? ). Ante tanto sentido del humor incomprendido, Tesla no tuvo más remedio que renunciar y terminar así esta relación.
En 1887, Tesla conoce al inventor y magnate estadounidense George Westinghouse, que compra a Tesla la patente del motor eléctrico en 60.000 dólares (5.000 en efectivo y el resto en acciones) y le asegura que además ganaría 2,50 dólares por cada HP de electricidad vendido, pero nunca cumplió (¿más humor americano?). Westinghouse buscaba la manera de llevar electricidad a todo Estados Unidos y ve en en el descubrimiento de Tesla el medio para librar una sangrienta batalla contra Edison. Entablada queda la pelea de las corrientes: Westinghouse (alterna) y Edison (continua), no se guardan nada y como en toda guerra que se precie de tal, todos juegan sucio, pero la empresa Westinghouse consigue ganar la partida, presentando un presupuesto por la mitad de precio de lo que pedía Edison para iluminar las ciudades.
A pesar de ello, el nombre de Edison quedará grabado para siempre como el arquetipo de inventor, en tanto que el nombre Tesla parece siempre estar tras una neblina espesa en la historia de los inventos tecnológicos de la raza humana.
No solo la corriente alterna y la radio son de su autoría (Marconi empleaba en su invento hasta diecisiete patentes de Tesla, un detalle "irrelevante"), también lo son las redes de alta tensión y la transmisión sin cables a corta distancia, fue un precursor del radar, el fax, las telecomunicaciones, el aire acondicionado, el velocímetro de los automóviles, la manta eléctrica, la luz fluorescente, los misiles teleguiados y hasta un arma de partículas de rayos para destruír una armada de 10.000 aeronaves a 400 kilómetros de distancia.
Los trabajos y documentos de Tesla fueron confiscados a su muerte por el gobierno americano y aún no han sido desclasificados.
Tanto Edison como N. Tesla son dos personajes importantísimos a los que la sociedad tanto les debe. El invento de Thomas Edison es algo extraordinario. Y más partiendo de nada. Pero Tesla no se queda atrás, pues fue en realidad quién de verdad domesticó a esa electricidad para llevarla más fácilmente a los hogares de las gentes. Sin el alternador, la corriente eléctrica tendría muchas pérdidas en su transporte, sobre todo a largas distancias. Tesla tiene además otros muchos inventos.
ResponderEliminarSaludos cordiales
De acuerdo, José Luis. Un saludo.
EliminarInteresante historia: desconocía el personaje.
ResponderEliminarSaludos Trecce
Mucha gente no le conoce, como digo, se ve que no supo venderse bien.
EliminarEvidentemente era un genio, pero sus excentricidades y su carácter sólo podían perjudicarle, además de "inteligente" hay que ser "listo"...
ResponderEliminarEdison fue un gran hombre, vaya por delante. Pero también fue un gran empresario y sabía ver el negocio, Tesla no, sólo veía los descubrimientos o la investigación.
EliminarLa actitud de Edison es muy americana y, en general, de la sociedad en la que vivimos, en la que el que inventa, patenta y fabrica en exclusiva, pero hay gente que no es así, viven en otro mundo, en aquel en el que uno inventaba la rueda, la lanza o descubría el fuego y lo compartía. ¿Eso es ser "listo"? En este mundo nuestro sí, pero eso no quiere decir que sea mejor.
TESLA fue el GENIO más grande de LA HUMANIDAD,
ResponderEliminartodo genio es altruista y Edison fue un farsante, así que de "buena persona" como califica José Luis Valladares, nada de nada.
"listillo sí" como dice maribeluca.
Tesla quería el bien para la humanidad, Edison and Co. quería el dinero de la humanidad..
Gran diferencia ¿verdad?
Por lo que he leído, mi opinión se acerca bastante a tus tesis.
EliminarThomas Edison el gran farsante y mafioso de la humanidad así como Marconi. El mundo sería mejor ahora mismo con las patente robadas a Tesla.
ResponderEliminarPero los mafiosos farsantes como Thomas Edison impiden el progreso de la humanidad.
La verdad es que Tesla se vio envuelto en estas guerras comerciales entre grandes "tiburones" de los negocios, gente más preocupada por sacarle beneficios a sus inventos, un mundo en el que Tesla se manejaba peor.
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