Ansa (Alma Pöysti) y Holappa (Jussi Vatanen) viven en Helsinki. Son dos almas solitarias en busca del amor que, por casualidad, se conocen una noche en un karaoke. Su camino hacia la felicidad se verá plagado de obstáculos, desde números de teléfono perdidos, hasta el alcoholismo de él.
En una Finlandia alejada del ideal con que a veces nos retratan a las sociedades nórdicas, estos dos cuarentones que sobreviven con trabajos precarios y mal pagados, viven una particular historia de amor que Aki Kaurismäki nos acerca con ese minimalismo marca de la casa, mientras la radio transmite de forma machacona las noticias sobre la guerra entre Rusia y Ucrania.
Cine al margen de los parámetros comerciales, Kaurismäki no se deja llevar por el pesimismo y abre una ventana al futuro de unos personajes que se nos antojan bastante reales en cualquier sociedad moderna de las llamadas avanzadas.
Sí, tenemos algo idealizados a los países nordicos, y, como se suele decir, en todas partes cuecen habas.
ResponderEliminarAsí es.
EliminarEs cierto, es una película optimista, con homenaje a Chaplin incluido.
ResponderEliminarEn efecto.
EliminarA pesar del pesimismo que rezuma, no deja de ser una película entrañable.
ResponderEliminarCon situaciones que se antojan bastante posibles.
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