lunes, 16 de junio de 2025

REBELIÓN (SAMURAI REBELLION)

 


Descontento con una de sus amantes, el daimyo (una especie de señor feudal) ordena a uno de sus samuráis que se case con ella. La familia protesta, pero cede; porque hay que obedecer las órdenes. Sin embargo, en lugar de ser una mujer problemática, como esperaba su nueva familia, Ichi (Yôko Tsukasa) demuestra ser, no solo una esposa amorosa, sino una mujer muy agradable, trabajadora y entregada a la familia. Cuando muere el primogénito del daimyo, este la exige de vuelta, ya que antes de expulsarla de su lado, le había dado un hijo que se convierte así en el nuevo heredero, pero ahora Isaburo (Toshirô Mifune), el cabeza de familia, protesta. Una cosa es el deber, y otra muy distinta seguir ciegamente los caprichos de un amo que no muestra respeto ni comprensión por quienes le sirven. Pero este desafío a las leyes del clan, tendrá consecuencias.


El guion adapta una novela del japonés Yasuhiko Takiguchi
Además de protagonizarla, Toshirô Mifune es también productor de la película.


Isaburo Sasahara ha pasado su vida sometido a una mujer autoritaria y caprichosa y a cumplir sus deberes como miembro de una distinguida familia, con lealtad ciega a su señor. El amor que se profesan su hijo Yogoro (Gô Katô) e Ichi, le hace abrir los ojos a otra realidad y, como él dice, se siente vivo por primera vez, así que cuando su despótico jefe decide separar a la pareja y llevarse de nuevo a Ichi a su castillo, se rebela, prefiere la muerte, como la prefieren Yogoro y su esposa, a mantener el estatus de la familia y plantarán cara al señor y a quienes les presionan para que se sometan a la voluntad del mismo. 
La película de Masaki Kobayashi es sobre todo un canto a la dignidad ante los atropellos de los poderosos, con una narración sobria y sencilla, magníficamente planificada, cuyo desarrollo va in crescendo a medida que avanza. Aunque en el último tramo se desata la violencia y asistimos a los típicos combates, no es este el principal valor del film, aunque, sobre todo a los amantes de las artes marciales, pero también a cualquier otro espectador, les recomiendo que no se pierdan el duelo entre Toshiro Mifune y Tatsuya Nakadai, artísticamente coreografiado y con un desenlace muy emotivo.




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