Una historia de crímenes a gran escala que nos lleva a un mundo que no conocemos, no solo a la Wrocław de entreguerras, sino también al centro de una intriga cuyas raíces se remontan a un país completamente diferente y a una época completamente distinta. Y es que ni siquiera el escenario responde en el presente al título de la novela, pues Breslau era, en la época, una ciudad alemana que hoy conocemos como Wrocław, en Polonia.
Publicada por primera vez en 1999, es la primera entrega protagonizada por Eberhard Mock, que trabaja en la sección criminal de la policía de Breslau, conocido por sus métodos poco éticos, su pasión por el ajedrez y su frecuente presencia en los burdeles más lujosos. Poseedor de un inmenso archivo secreto sobre las personalidades locales, no se detiene ante nada a la hora de resolver un caso, sobre todo si con ello obtiene favores y privilegios.
Algo ha cambiado en esta ciudad de Silesia que antaño estaba en sus manos, el ascenso del Partido Nazi ha obligado a Mock a aceptar a su lado a un asistente de la Gestapo, la nueva policía secreta y, lo que es peor, teme que el nuevo reparto de poder, saque a la luz su pasado masónico y le haga caer en desgracia.
El caso que se trae entre manos es el asesinato de Marietta von der Malten, la hija de un aristócrata local, un crimen inusual porque han colocado escorpiones en el vientre desgarrado de la jovencita, lo que, junto a algún otro detalle, sugiere un crimen ritual.
En el relato no faltan retratos detallados de la Wrocław de antes de la guerra, hay libaciones homoeróticas, un descomunal turco, un espía de las SS, un hijo ilegítimo y una venganza que lleva cientos de años esperando a cumplirse. Hay persecuciones, peleas, sexo y promiscuidad sexual. La novela de Marek Krajewski nos transporta a un mundo propio, complejo, dibujado con todo detalle, en el que todo, desde el principio hasta el final, funciona como un reloj. Éste no es un mundo fácil de entender, porque no ofrece soluciones sencillas ni finales fáciles en un ambiente plagado de maldad y decadencia.
Hola.
ResponderEliminarNo la conocía, apuntada queda.
Feliz día.
A veces resulta un tanto confusa, al menos eso me ha parecido a mí.
EliminarAún así me apetece, jajaja. Gracias.
EliminarBueno, tampoco veo muy diferente esa Sociedad de la actual.
ResponderEliminarPor desgracia.
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