Charlotte (Bette Davis), una mujer de mediana edad que pertenece a una familia acomodada de Boston, vive reprimida y totalmente controlada por su dominante, puritana e insensible madre, Henry Vale (Gladys Cooper). Charlotte pasará un tiempo en un sanatorio y el Dr. Jaquith (Claude Rains), la convence para que se abra al mundo, comenzando por un crucero a Sudamérica. Convertida en una mujer sofisticada y segura de sí misma, a bordo conocerá a Jerry Durance (Paul Henreid), un arquitecto infelizmente casado, con el que mantiene una aventura. Seis meses después regresa a casa y, tras una discusión con su madre, éstas sufre un infarto y muere. Charlotte se sentirá culpable y regresa al sanatorio, en el que entabla amistad con una joven adolescente deprimida que no es otra que la hija de Jerry, quien se ve rechazada por su madre y que va camino de convertirse en la joven histérica e introvertida que fue Charlotte en su día.
El guion adapta la popular novela de Olive Higgins Prouty, Now, Voyager, la más conocida de las cinco novelas de la serie sobre la familia Vale. En ella profundiza en la psicología de la protagonista, que ha vivido demasiado tiempo bajo el yugo de una madre autoritaria a la que el psiquiatra Dr. Jaquith, insta a vivir su vida al máximo, tomando en serio las palabras de Walt Whitman : «Ahora, viajero, zarpa, a buscar y encontrar».
En la novela original, a la que la adaptación es bastante fiel, el crucero viaja por el Mediterráneo y no por Sudamérica.
Dirigida por el debutante Irving Rapper, la película plantea una reflexión sobre la libertad para decidir sobre tu propia vida, más allá del lógico respeto que uno debe rendir a los mayores en general y a los padres en particular y sobre la obligación de éstos para dejar que sus hijos, llegado el momento, puedan acertar o equivocarse en sus decisiones, esa es una de las esclavitudes de la paternidad. Se puede aconsejar desde el cariño, pero también desde el respeto, lo contrario es ejercer una tiranía familiar que puede desembocar en conflictos, sobre todo psicológicos, que pueden llegar a ser incluso graves.
Con un guion que contiene diálogos trabajados y algunas gotas de humor, quizá la historia, en algunos pasajes, puede parecer un tanto forzada, pero a cambio asistimos a una narración que se sale de los clichés habituales, para llevarnos a un final algo complaciente, pero nunca sensiblero o condescendiente.
Adoro esta peli y a Bette Davis ( aunque mi favorita es Qué fue de Baby Jane), bueno y a Walt Whitman.
ResponderEliminarMuchas gracias por traerla.
Y respecto a los hijos, muy de acuerdo. A veces me dicen que debo ser más tajante con mis hijos cuando veo que se van a equivocar, pero yo creo que, como.bien dices, se puede aconsejar desde el cariño, no tiranizar. Al menos en cosas normales, si me dicen que van a poner una bomba o a lanzarse desde un tercer piso a ver qué pasa...
Feliz jueves.
Si las cosas llegaran a ese extremo ya sería más que preocupantes.
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