Judith Traherne (Bette Davis) es una joven vivaz y entusiasta, con muchos planes para gozar de la vida, pero de pronto descubre que sufre de un tumor cerebral de delicado pronóstico. Rebelde e incapaz de aceptar órdenes de nadie, la chica llega a manos del neurocirujano Frederick Steel (George Brent) quien deberá persuadirla para que acepte la delicada operación. Entre tanto, sus corazones comenzarán a sentirse cerca, demasiado cerca.
Basada en una obra teatral escrita por George Emerson Brewer Jr. y Bertram Bloch, estrenada sin demasiado éxito en 1934. El traslado de la obra a la pantalla se debió principalmente a la insistencia de Bette Davis para que Jack Warner comprara los derechos de la misma, ante el escepticismo de éste que pensaba que la historia de una mujer que se está quedando ciega, no iba a resultar atractiva para el público.
Pero claro, esa mujer, en su adaptación al cine, es Bette Davis y ahí es donde precisamente radicó buena parte del éxito del film. Su capacidad interpretativa nos lleva a la vida de esta mujer que sabe que va a morir y decide disfrutar de lo poco que le resta entregándose y, a su vez, dejándose amar, por los que de verdad la quieren, tras haber probado el camino del desenfreno y las fiestas vacuas fruto de su inicial negación. Una vez que acepta lo inevitable, buscará la paz que le propone Frederick.
Un melodrama diferente con una gran Bette Davis muy bien secundada, entre otros, como nota curiosa, por Humphrey Bogart y Ronald Reagan.
Creo que por lo menos hay dos remake, no sé si con el mismo título (uno con Susan Hayward y otro con Anthony Hopkins) la verdad es que Bette Davis da algo especial a sus personajes.
ResponderEliminarUn saludo
Y tanto que sí.
EliminarMuy original. Ayer vi Charada. Un beso
ResponderEliminarmagnífica película.
EliminarHace siglos que no la veo, pero es una película de indudable calidad. Bette, salvo en sus últimas apariciones, más alimenticias que otra cosa, nunca decepciona. Todo lo contrario.
ResponderEliminarEs cierto.
EliminarLa verdad es que me encantan las películas buenas, las películas clásicas de antaño, y Bette Davis fue una excelente actriz, que hizo fantásticos papeles en la mayoría de películas en las que intervino. De esta en concreto no tengo recuerdo de haberla visto, sin duda el argumento es llamativamente poderoso.
ResponderEliminarLo es, en efecto.
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