martes, 20 de diciembre de 2022

EN TORNO A LOS TRONOS QUE HE VISTO CAER

 


La verdad es que estas princesas belgas, hijas de Leopoldo II, la propia Luisa María y sus hermanas Estefanía y Clementina, poco amor encontraron en su padre que deseaba un varón que le sucediera en el trono y el único que tuvo, murió repentinamente apenas con diez años. Únicamente prestó algo de atención a sus hijas cuando los funcionarios de la corte le convencieron de que las tres podían ser muy útiles en el juego de la política matrimonial internacional. A esta Luisa María, autora del libro, la casó con el príncipe Felipe de Sajonia-Coburgo y Gotha, de 31 años, cuando ella contaba tan solo 17. El matrimonio fue un fracaso y Luisa, que se había trasladado a la corte de Viena junto a su marido, vivió una vida disipada, incluso escandalosa. Los chismes de la corte, hicieron blanco en ella, hasta hacerla perder el favor del emperador Francisco José y ver cortada la asignación económica que le proporcionaba su marido, mientras su padre, declaró que para él, su hija estaba muerta. Sumida en la pobreza, solo su hermana Estefanía sontinuó siéndole fiel. 
Poco antes del cambio de siglo, Luisa conoció al conde croata Géza Mattacic. Los dos se enamoraron apasionadamente y comenzaron una tormentosa aventura. Tras la I Guerra Mundial, Luisa y Géza Mattacic regresaron a París, donde la princesa escribió sus memorias «Autour des trônes que j’ai vu tomber» («Alrededor de los tronos que vi caer»), en el que habla de las personas más importantes de su vida, incluido Leopoldo II. Quizá de los pasajes más llamativos sea el que se refiere a los misterios que rodearon el final del archiduque Rodolfo de Habsburgo, heredero de la corona imperial austrohúngara, que fue hallado muerto, junto con la baronesa María Vecsera, en el pabellón de caza del palacio de Mayerling, el 30 de enero de 1889. En el libro, Luisa María ofrece una versión directa, aunque parcial, del dramático acontecimiento en el que su cuñado perdió la vida.



4 comentarios:

  1. Hola.
    Pues desconocía casi todo lo que cuentas, excepto la tragedia del pabellón de caza, y me parece interesantísimo que lo cuente alguien de una forma tan directa.
    Gracias y feliz día.

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