En plena Guerra Fría, el coronel Martin 'Jiggs' Casey (Kirk Douglas), descubre por casualidad ciertos indicios que le llevan a tener fundadas sospechas de que su jefe, el general James Mattoon Scott (Burt Lancaster), lleva tiempo preparando un golpe de estado para derrocar al actual presidente, Jordan Lyman (Fredric March), un convencido pacifista que acaba de conseguir la aprobación del Congreso para firmar un tratado de desarme con la Unión Soviética, pero que, debido a las voces en contra, ve como su popularidad está por los suelos, mientras el general Scott y sus proclamas en favor de seguir la carrera armamentística, alcanzan gran predicamento entre la población. Llevado de su sentido del deber, el coronel Casey comunica al presidente sus descubrimientos y sospechas. Para conseguir desbaratar el golpe, el presidente y un reducido grupo de persona de confianza, habrán de reunir pruebas irrefutables, algo sumamente difícil por el riguroso secreto con que se están llevando los preparativos, en los que participan, además de altos cargos militares, algunos civiles, entre los que hay representantes políticos y de los medios de comunicación. Disponen apenas de siete días para conseguir sus propósitos, sin tener certeza de en quién pueden confiar y en quien no.
Resulta curioso lo que ocurre algunas veces, tenía previsto ver esta película desde hace tiempo y, por fin, le llegó el turno. Lo que hubiera sido la contemplación de un buen film, porque lo es, con un cuadro de estrellas en los papeles principales y algunos de los mejores secundarios de Hollywood, pero cuyo argumento, interesante, sí, pero ya algo lejano en el tiempo, representando la paranoia que se vivió en los momentos más álgidos de la Guerra Fría, resulta que cobra una actualidad inusitada, por desgracia.
El guión se basa en la novela del mismo título coescrita por el autor de novelas de ficción política Fletcher Knebel y por el periodista Charles Waldo Bailey II. Es cierto que pensamos que en EE.UU. es inconcebible un golpe de estado, pero Fletcher Knebel comentó que el argumento de la novela se le ocurrió tras entrevistar al antiguo jefe de las fuerzas aéreas de los Estados Unidos, el general Curtis LeMay, que había acusado el presidente John F. Kennedy de cobardía por su manejo de la crisis desatada por la Invasión de Bahía de Cochinos, sugiriendo su destitución. A este general y al senador Joseph McCarthy (el de la caza de brujas), se les cita explícitamente en el film y es que si en el país norteamericano resulta complicado que haya un golpe de estado, no será por falta de personas dispuestas, en determinados momentos, a llevar adelante planes de este tipo, normalmente retrógrados que se oponen a determinadas políticas pacifista, antirraciales o de integración social. El relativamente reciente asalto al congreso por los seguidores de Trump, demuestra que hay cosas impensables que pueden llegar a suceder.
También cobra actualidad otro de los asuntos de la película que ya creíamos alejado en el tiempo, el de la utilización de las armas nucleares. La invasión de Ucrania por el megalómano ruso nos ha metido a todos el miedo en el cuerpo y nos viene a recordar que seguimos en manos de gente cuya salud mental resulta, cuanto menos, dudosa.
El film es una especie de thriller con notas dramáticas y unas leves gotas de romance de la mano del papel que interpreta Ava Gardner, a la que algunos ven desaprovechada, pero es que su papel no da para más y solo sirve para introducir una pasada infidelidad del general Scott, de la que ella conserva unas cartas que pueden ser utilizadas en contra del militar.
El film está perfectamente planificado y sus piezas van encajando como un rompecabezas bien hecho, realizada con sobriedad, pero con auténtica destreza en la composición de planos y el desarrollo de la historia.
La tensión dramática y la intriga se mantienen a lo largo de todo el desarrollo de una película con un innegable mensaje pacifista, un llamamiento a la cordura de los líderes políticos y una condena sin paliativos al fanatismo y a quienes postulan soluciones fuera de la legalidad.
Interesantísima y muy bien interpretada, no tengo ninguna duda a la hora de recomendarla.