La columnista y escritora Femke Boot (Katja Herbers) sufre todos los días una interminable cantidad de amenazas anónimas de todo tipo, a través de las redes sociales. Un día, cansada del acoso a que es sometida y ante la indiferencia de la policía a quien había acudido, decide vengarse.
La irrupción en nuestras vidas del mundo virtual, con sus redes sociales, sus plataformas, etc., ha venido para quedarse, nos ha facilitado el acceso a todo tipo de información sin salir de nuestras casas y nos pone en contacto con gente afín, amigos o no, que comparten inquietudes y afanes.
Pero al mismo tiempo, nos deja expuestos a quienes no encuentran tasa ni medida en inmiscuírse en la vida de los demás para molestar o hacer daño, pues, como dice la protagonista del film, las palabras también duelen. Hasta tal punto sucede esto que a veces da miedo y para personas con cierto grado de vulnerabilidad o que no son capaces de abstraerse y separar el mundo real del virtual, pueden suponer un verdadero trauma que empuja a más de uno (cada día lo vemos más), al suicidio virtual (desaparecer de las redes), cuando no, en casos extremos, pero cada vez menos infrecuentes, a tener graves consecuencias en casos de acoso o de ver su vida más íntima y secreta, aireada a los cuatro vientos por malvados desaprensivos.
Trufada de humor negro, el holandés Ivo van Aart nos acerca esta reflexión alrededor del mundo cibernético que, es cierto que tiene los hilvanes un poco deshilachados, pero creo que, más que una película sobre violencia y asesinatos, lo que pretende es mostrarnos este mundo que te puede sacar del equilibrio, a través de la exagerada respuesta de una persona aparentemente tranquila y mesurada.
La película se presenta con un marcado tono feminista, con varios personajes encarnados por mujeres independientes y que no se dejan doblegar en la consecución de sus objetivos o en la defensa de sus ideas.
Un film muy entretenido y muy interesante por la propuesta, un tema cercano y actual tratado de manera muy original.
¡Uf! El cartel de la película da un poco de grima...
ResponderEliminarLo que no se muy bien es qué pintan las tijeras de podar.
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