En 1876, un anciano encuentra oro en las tierras de los Sioux, en las Colinas Negras de Dakota, lo que provocó una avalancha de inmigrantes hacia la región en busca de oro y tierras. En el camino hacia Custer, un poblado en el que se concentraba la gente que esperaba poder ocupar los territorios de los indios, el solitario vaquero Dan O'Malley (George O'Brien) ayuda a arreglar la rueda del carro del Señor Carlton y coquetea con su hija Lee Carlton (Olive Borden). Más tarde, Lee y su padre son atacados por ladrones de caballos y el Señor Carlton es asesinado; sin embargo, los forajidos "Bull" Stanley (Tom Santschi), Mike Costigan (J. Farrell MacDonald) y "Spade" Allen (Frank Campeau) la salvan de los criminales y la llevan con ellos a Custer donde los pioneros esperan que el presidente Grant firme la proclama que autoriza a explorar las tierras de los indios. En el campamento, el corrupto Sheriff Layne Hunter (Lou Tellegen) impone su ley de manera arbitraria, ayudado por sus secuaces. El trío de proscritos decide que Lee necesita casarse y eligen a Dan para que sea su esposo. Cuando la hermana de Bull, Millie Stanley (Priscilla Bonner), es asesinada por el brazo derecho de Hunter, Nat Lucas (Jay Hunt), "Bull" organiza a los hombres y busca vengarse de Hunter, verdadero culpable de la muerte de su hermana.
Pero es 1877 y la carrera de carros y personas en busca del oro y la tierra está lista para comenzar.
El guión está basado en "Más allá de la frontera" ("Over the Border"), una novela de Herman Whitaker.
Originalmente se suponía que la película iba a contar con George O'Brien, Tom Mix y Buck Jones como los personajes principales, pero dado que la trama requería que los tres hombres malos murieran antes del final, y dado que las tres estrellas propuestas tenían grandes y leales seguidores entre los niños, los roles fueron repartidos de nuevo, con los actores Tom Santschi, Frank Campeau y J. Farrell McDonald. O'Brien fue mantenido, aunque relegado a un papel destacado, pero menos brillante.
Un film que mezcla humor (hay muchos pasajes divertidos), historia y las características propias del western y, como en otras ocasiones a lo largo de su carrera, Ford demuestra su habilidad para contarnos una historia particular y ficticia, ambientada en hechos históricos. La pintoresca caballerosidad de los forajidos de buen corazón, apunta temas como la amistad o el valor de la vida, salpicados de interludios cómicos, con muchas secuencias de acción emocionantes. En este caso incluyen el ataque al carro de los Carlton, el incendio de la iglesia y el enfrentamiento culminante con Hunter y sus hombres. Pero la más llamativa es la que refleja el comienzo de la carrera por las tierras y por la fiebre del oro. En ella aparecen cientos de carros Conestoga dispuestos en línea recta a lo largo de varios kilómetros, acompañados de caballos y familias corriendo por las llanuras tras sus sueños.
Según Ford, algunos de los que intervienen en el film, habían participado en la carrera. El incidente del bebé al que en el último momento rescatan de morir aplastado bajo las ruedas de un carromato, ocurrió de verdad, como lo del periodista que viajaba son su imprenta y publicaba lo que pasaba a lo largo del recorrido. La carrera, en la película, resulta vertiginosa y rápida, con los carromatos lanzados a toda velocidad. Realmente impresionante.
En sus interpretaciones, George O'Brien y Olive Borden, resultan un tanto artificiales, parece que están posando, por otra parte, algo generalizado en el cine mudo, aunque es cierto que transmiten un alto grado de honestidad. Bull Stanley es el personaje más complejo de la película, con una brusca transición de forajido a protector en la que Tom Santschi interpeta a Bull con una profundidad de carácter que supera a los demás en la película.
Los tres hombre malos hacen su aparición de forma mítica, recortados contra el horizonte, precedidos por los carteles, en inglés y castellano (se les buscaba también en México) en que se anuncia la recompensa por su captura.
La película fue un intento de repetir el éxito de El caballo de hierro y acabó en fracaso, aún cuando Tres Hombres malos es, para muchos, muy superior desde cualquier aspecto que se examine y, de hecho, fue más valorada por los críticos de la época. Sin embargo, es como si las preferencias del veleidoso público, se hubieran alejado repentinamente de los westerns.
Ford llegó a pedir que se retirase su nombre de los créditos, debido a los severos cortes que sufrió tras el pase previo: el estudio había intervenido para que el personaje de Olive Borden tuviera más peso. El caso es que el realizador, tras haber rodado nada menos que 43 películas del Oeste, no haría otra hasta La diligencia, trece años después.
Si Three Bad Men queda aún por debajo de las obras maestras posteriores de Ford, sigue siendo un paso muy importante y de maduración en su carrera.
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