lunes, 1 de mayo de 2017

LAND OF MINE (BAJO LA ARENA)

En mayo de 1945, terminaron cinco años de ocupación alemana en Dinamarca durante la II Guerra Mundial. El veterano sargento Carl Rasmussen (Roland Møller), es designado, bajo el mando del teniente Ebbe Jensen (Mikkel Boe Følsgaard) como responsable de desactivar y eliminar una parte de los más de dos millones de minas a lo largo de la costa oeste danesa, con el fin de convertir las playas en zonas seguras. Para llevar a cabo esta tarea, Rasmussen tiene a su disposición a un grupo de adolescentes alemanes, prisioneros de guerra, que serán en realidad los encargados de limpiar las zonas minadas. Estos prisioneros han sido traídos desde Alemania y entregados a las autoridades danesas, al parecer por iniciativa de los británicos, para que se encarguen de este penoso trabajo. En su mayoría son jóvenes, fueron capturados en los últimos momentos de la guerra, cuando el Tercer Reich movilizó a las Juventudes Hitlerianas para que participaran en la resistencia contra los aliados que ya estaban penetrando en territorio alemán. Para realizar su tarea, siguen un rápido curso que apenas les capacita para poder llevarla a cabo.
A instancias del teniente Jensen, Rasmussen les comunica a los jóvenes prisioneros que, cuando la tarea haya concluído, quienes logren sobrevivir a tan peligrosa como despiadada misión, serán puestos en libertad y podrán regresar a sus casas.


La Convención de Ginebra de 1929 prohíbe obligar a los prisioneros de guerra a realizar trabajos forzados o trabajos peligrosos. Sin embargo, hay pruebas de que británicos y daneses cambiaron deliberadamente la redacción de una parte del texto, con el fin de eludir las reglas de la convención. Muchos de los soldados alemanes a los que se ordenó participar en la desactivación de más de dos millones de minas a lo largo de la costa danesa eran simples muchachos de entre 15 y 18 años de edad.
Dinamarca está en plena efervescencia: No solamente la guerra ha terminado sino que el país nórdico está en el bando de los vencedores. El propio Carl Rasmussen, el sargento danés que se encarga del contingente de prisioneros recién llegado, simplemente, odia a los alemanes y odia los años de ocupación. Sin embargo, la naturaleza de la tarea encomendada hace que, poco a poco, este sargento vaya cambiando su percepción, especialmente a partir de que la misión se convierta en un baño de sangre. Los jóvenes, uno tras otro, van cayendo. Para colmo, la promesa de liberación no se cumple y el sargento se verá obligado a tomar una decisión impensable solamente unos meses antes.


Hasta la fecha, los acontecimientos que rodean el desminado de las playas danesas se consideraba tabú no sólo en la historia moderna de Dinamarca, sino también en la historia de la posguerra europea. El proceso de desminado de cinco meses se cobró más vidas humanas que toda la ocupación alemana en Dinamarca.
He leído en alguna crítica que los caracteres de los personajes están poco o mal perfilados. No estoy de acuerdo. El sargento Rasmussen es un prototipo del danés de la primera posguerra, un pueblo que había sido ocupado sin apenas resistencia, en un abrir y cerrar de ojos y que tuvo a los alemanes en su territorio durante toda la guerra, prácticamente de principio a fin. Esto hizo que en parte se sintieran avergonzados y se ve en la primera escena como este hombre saca de dentro una rabia que parece desmedida. Sus cambios de humor responden a situaciones perfectamente explicables.
En cuanto a los muchachos alemanes, se ve a un grupo disciplinado como prusianos, pero con muchas reacciones de niños, lo que son al fin y al cabo, así que pienso que los caracteres están bien trabajados para lo que quiere mostrar el realizador.
Después de la guerra, más de 2.000 prisioneros alemanes fueron obligados a desactivar más de 1,5 millones de minas en la costa oeste danesa. Casi la mitad de ellos murieron o recibieron graves heridas. Muchos de ellos eran muy jóvenes y quizá alguien podrá pensar que esta película debió hacerse antes y no ocultar este (como ocurre con otros) episodio vergonzante, pero en estos casos hay que ser un tanto prudente, si el film no se hizo antes, quizá es porque no era el momento, Dinamarca dio por terminada la limpieza de minas de sus costas en fecha tan reciente como julio de 2012 y había muchas personas y colectivos sensibles a este asunto.


Película valiente, en el extremo opuesto a Flammen & Cintronen, que nos acercaba a la épica de la, por otro lado casi testimonial, resistencia danesa. Martin Zandvliet, guionista y realizador del film, consigue dar equilibrio a un relato proclive a dejarse llevar por emociones hacia uno u otro lado, sin embargo, sin entrar en sutilezas, quedan claras las motivaciones de ambos, incluso las justificaciones, por un lado y los reparos morales, por otro.
La película juega con la tensión que suponen los estallidos de las minas, uno sabe que van a ocurrir, incluso en la escena en que están practicando la desactivación, lo estamos viendo venir, seguros de que se va a producir, sin embargo, cada vez que ocurre, el espectador se ve sobrecogido.
¿Sentimos empatía hacia estos chicos que, de haber ganado la guerra, seguramente se habrían comportado, al menos alguno de ellos, como soldados quizá despiadados? Pues sí, la sentimos, pero más por la circunstancia que les está tocando vivir que por ellos mismos y ¿cómo no vamos a sentir cierta piedad por ellos, si hasta el propio sargento Rasmussen, que se muestra duro e intransigente, incluso cruel, al principio, la siente?
Una película dura, sobre un episodio poco conocido que nos viene a recordar (una vez más y no aprendemos) lo insensatos que podemos llegar a ser los humanos que no hacemos más que meternos en fregados que no nos llevan a parte alguna si no es a matarnos unos a otros, sin sentido y, como de costumbre, pagando los más débiles las culpas de quienes les metieron en ello sin preguntar.
Para quitar un poco el amargo sabor, la escena final nos ofrece un rayo de esperanza enseñando otra realidad que nos congracia con nuestra propia especie y es que, por fortuna, igual que hay sádicos, hay gente que se solidariza con el débil incluso poniendo en riesgo su propio bienestar.




4 comentarios:

  1. El argumento y la realidad de esos hechos es espeluznante. Relamente valiente el que dirigió esa pelicula.
    Y aún quedarán acciones de ste tipo realizadas por los aliados y que nunca hemos sabido.

    Me gustaría ver esa peli.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ha estado en cartelera hasta hace poco, no sé si seguirá, pero si puedes verla, merece la pena.

      Eliminar
  2. Tremenda, la vi en el festival de cine de Sevilla, se quedo a muy poco de ganar el premio del público.

    ResponderEliminar