En tiempos de guerra todo vale. Es como si Hitchcock hubiera aplicado este lema a la hora de llevar a la gran pantalla la historia de la que ahora hablamos.
Un film que recuerda la trama de alguna obra anterior y que, para muchos de los amantes y de los estudiosos de su cine, es una especie de boceto de Con la muerte en los talones.
La peli es de 1942 y la economía, en aquellos momentos bélicos, tuvo su importancia en el resultado. Hitch había previsto contar, para los papeles estelares, con Gary Cooper y Bárbara Stanwyck, una de las parejas de moda en la época, pero se impuso el plan de ahorro y el presupuesto no daba para tanto. La pareja formada por Robert Cummings y Priscilla Lane, nos deja más fríos que otra cosa, sobre todo ella, que parece cumplir un papel de mera comparsa, sin mucha relevancia y bastante prescindible.
El ritmo de la película en su primera mitad, es bastante bueno, recuperándose algo al final, con lo que logra mantener la atención del espectador, a base de cambios de escenarios, casualidades, escapadas por los pelos y otros recursos de este tipo, que se suceden sin solución de continuidad.
Sin embargo hay un momento, hacia mitad de la película en que la cosa decae un tanto, sin que la intriga y la tensión (que, por momentos, se mantienen), logre sujetar del todo nuestro interés, hasta que, como ya he dicho, al final, remonta algo.
Yo no sé si también por cuestiones presupuestarias o por desgana, el guión no acaba de dar con la fórmula para hilvanar todas las historias que se nos cuentan. Porque la película, por momentos, es como una amalgama de situaciones un tanto inconexas. Una lástima, porque alguna de esas situaciones, un poco más trabajadas, hubieran podido dar bastante más de sí y no me refiero a la duración, sino a la calidad.
Por ejemplo, el viaje con la caravana circense en la que se nos presentan una serie de personajes estereotípicos y raros: La mujer barbuda, las siamesas, el enano..., y que es toda una metáfora sobre la democracia, las falsas apariencias, los buenos samaritanos y alguna cosilla más que daría para un detallado estudio. Pero queda bastante diluída en el conjunto. Otro tanto ocurre con las escenas en la cabaña del tío de la protagonista, un hombre que, a pesar de estar ciego, ve bastante más que lo que los ojos pueden apreciar.
Las referencias a la guerra europea, a la defensa de la democracia frente a los totalitarismos, el peligro de estos, son constantes en todo el film, con algún discursete, en plan homilía, sobre estos asuntos. No estoy criticándolo, hay que ponerse en el momento, con los EE.UU. aún sin entrar en el conflicto y Europa sufriendo el avance de las tropas alemanas, pero sí resultan chocantes algunas soflamas vistas con la perspectiva que nos ofrece el paso de los años. Contamos con la ventaja de saber que todo acabó como acabó, claro.
Como he leído en algún lugar, sólo un gran director es capaz de hacer una peli pasable, con unos mimbres que no dan para mucho.
De cualquier manera, aquí están muchas de las constantes del cine hitchcodiano, sin que falten sus humoradas, una de ellas, la que más gracia me hizo, conociendo lo que el gordito pensaba del matrimonio, es una escena en la que él lleva a la chica a rastras hacia el coche, tapándole la boca y agarrándola del cuello sin contemplaciones. Un matrimonio de cierta edad, contempla la escena desde otro automóvil detenido junto al de los protagonistas y el caballero le dice a su esposa: "Deben de quererse mucho".
Para los amantes de escenas impactantes, el tiroteo en el cine, mientras se proyecta una película en la que también hay disparos y la espectacular persecución por la estatua de la libertad, a la que pertenece el fotograma de más abajo, ambas en la parte final.
Entretenida.
Muy interesante este ciclo que dedica Trecce a la filmografía menos conocida del maestro Hitch. Creo que todas ellas forman un pack en dvd´s que conmo todo buen cinéfilo debe tener en su filmoteca. Uno, que le va la marcha, ya no sabe donde colocar tanta peli y tanto libro de cine. Un saludo
ResponderEliminarY me tengo que cortar un poquito bastante, porque cualquier película de un gran director da para analizar y no acabar y en el caso de Hitchcock, resulta hasta peligroso, puedo uno meterse en un jardín frondoso y no terminar jamás.
ResponderEliminarLo mejor de la peli es el final, sin duda. Hitch sabía esto mejor que nadie, así la peli te deja preparado para la siguiente.
ResponderEliminarPor cierto el otro "Sabotaje", peli anterior a ésta, es bastante mejor sin tener esta conclusión, pero con algunas secuencias de suspense puro.
Saludos!
El otro "Sabotaje", lo que sí tuvo fue más exito.
ResponderEliminarEl propio Hitchock no denotaba entusiasmo cuando hablaba de esta película, y mostraba su enfado cuando se refería al reparto impuesto, sobre todo de Robert Cummings del que dijo: "Tiene cara de comedia, de manera que las situaciones carecían de credibilidad"
ResponderEliminarLA GUARIDA DEL EREMITA
A mí me pareció que ambos protagonistas ofrecían eso que los entendidos llaman una interpretación plana.
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