Una película que me deja sentimientos encontrados.
Por un lado, después de un comienzo en el que las cosas van con cierto ritmo, la acción se vuelve lenta, a veces hasta el paroxismo. Supongo que es un efecto buscado, esa manera que tenía Hitchcock, a veces, de buscar la tensión y el suspense mediante el alargamiento de la narración. Pero a mí no acabó de convencerme, quizá no he sabido apreciarlo.
Por otro lado, la maestría de quien ya domina en toda su extensión la técnica y los recursos que se ponen a su alcance. Cómo sabe sacarle jugo a las imágenes, que sean ellas las que nos cuenten la historia. Aún teniendo algunas partes en las que los diálogos, no voy a decir brillantes, que tampoco hay que exagerar, pero están bien, yo me quedo con esas otras en las que todo el argumento se nos va desvelando a través de los fotogramas. Hay momentos memorables, como cuando nos narra el envenenamiento de Ingrid Bergman. Ni una sóla palabra, la acción pasa de enfocar la taza en la que se le está suministrando la sustancia, a otra secuencia en la que vemos a la actriz en la cama, cansada, demacrada, fatigada, enferma... Para qué las palabras.
Por un lado, después de un comienzo en el que las cosas van con cierto ritmo, la acción se vuelve lenta, a veces hasta el paroxismo. Supongo que es un efecto buscado, esa manera que tenía Hitchcock, a veces, de buscar la tensión y el suspense mediante el alargamiento de la narración. Pero a mí no acabó de convencerme, quizá no he sabido apreciarlo.
Por otro lado, la maestría de quien ya domina en toda su extensión la técnica y los recursos que se ponen a su alcance. Cómo sabe sacarle jugo a las imágenes, que sean ellas las que nos cuenten la historia. Aún teniendo algunas partes en las que los diálogos, no voy a decir brillantes, que tampoco hay que exagerar, pero están bien, yo me quedo con esas otras en las que todo el argumento se nos va desvelando a través de los fotogramas. Hay momentos memorables, como cuando nos narra el envenenamiento de Ingrid Bergman. Ni una sóla palabra, la acción pasa de enfocar la taza en la que se le está suministrando la sustancia, a otra secuencia en la que vemos a la actriz en la cama, cansada, demacrada, fatigada, enferma... Para qué las palabras.
Algunos de los instantes de mayor tensión y suspense, se nos muestran asimismo, a través de imágenes. El plano picado en que la cámara desciende hacia el salón donde se da la fiesta, para acabar centrada en una mano que aprieta una llave, es otro de esos momentos mágicos.
Y con la historia de amor que es el otro gran argumento del film, ocurre tres cuartos de lo mismo. Los primeros planos de los dos protagonistas, por separado o juntos y las escenas en las que la cámara se mueve con ellos cuando están en el apartamento, nos van transmitiendo lo que el director quiere contarnos, sin necesidad de palabras.
Las escenas de amor de la peli, han pasado a la historia del cine, por la magnífica interpretación de ambos (Cary Grant e Ingrid Bergman) y por el erotismo que desprenden. Todo ello, como corresponde a la época, rodado con la mayor elegancia y a base de sugerir más que de mostrar.
El argumento es más que previsible, a pesar de lo cual, por todas esas cosas que he contado y por la magia que sabe trasladarnos el maestro, logra mantener cierto interés hasta el final, a pesar de los pesares que, para mi gusto son unos cuantos.
Desde luego, no es de mis favoritas.
Eso sí, ver a los dos protas, es todo un gustazo.
Aquí discrepo bastante. Sólo decir que Encadenados es una de mis favoritas de Hitchcock(quizás sólo una o como mucho dos la superen). Creo que es perfecta. Perfecta en la presentación de los personajes; en la conducción de las dos tramas (la de amor, la de espionaje), una maravilla en el suspense como siempre; y una conclusión elegante. Con sus escaleras, sus besos, las miradas fuera de campo, los objetos destacados, etc.
ResponderEliminarUn Hitchcock de primera.
Saludos!
Bravo Ethan, me encantan estos disensos cinematográficos. Quizá una de las mejores cosas de Hitch, es que sus pelis tienen tantos matices, tantas lecturas que dan para muchos gustos.
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