Donald Sullivan "Sully", el peculiar, en ocasiones violento y siempre encantador protagonista de la novela de Richard Russo, es un tipo incorregible. La gente dice de él que no es nada tonto, divorciado de su propia esposa y amante de la de la de otro hombre, alejado de su hijo, gravemente disminuido por culpa de una lesión de rodilla, a sus 60 años, sigue confundiendo todo esto, de forma obstinada, con independencia. Esta manera de entender la vida le ha llevado desde la casa de su violento padre, en la que vivía de niño y soportaba los malos tratos del viejo, hasta la de la anciana Beryl Peoples, su antigua maestra, donde tiene alquiladas algunas de sus habitaciones, mientras sobrevive a base de trabajos ocasionales, siempre sin asegurar y pagados bajo cuerda.
Alrededor de Sully se mueven los personajes que conforman las distintas tramas paralelas, casi todos arrostrando un rosario de mala suerte: Su amante separada, Ruth, tiene un marido al que desprecia y una hija cuyo propio esposo está intentando matarla. El hijo de Sully, Peter, con serios problemas matrimoniales, dos hijos difíciles, una madre locamente posesiva, un padrastro enfermo... y le han negado la plaza en propiedad en la pequeña universidad donde enseña. La señorita Beryl, que se ha estado extraviando en sus excursiones por la ciudad junto a una amiga cotilla a la que, en el fondo, no soporta y se ve obligada a defenderse de la intromisión egoísta y acaparadora de su hijo banquero, Clive Jr. El mejor amigo de Sully, Rub (es demasiado tonto para encontrar problemas en los que meterse), se ve destrozado por la cleptomanía tardía de su esposa.
Los maravillosos diálogos resultan ser lo más divertido de esta novela, se hace encantador escuchar a estos hombres (y mujeres) hablar, haciéndose pasar un mal rato unos a otros: son divertidos, rápidos e inventivos y el tono de la novela tiene la misma inteligencia discreta y sabelotodo que sus personajes. Al igual que ellos, Russo aborda temas interesantes: cambio y estancamiento, libre albedrío y obligación, suerte, responsabilidad, perdón, los vínculos de la comunidad, la amistad y la familia. Nos ofrece observaciones acertadas de la humanidad. Todo ello en el entorno de la pequeña población de North Bath, en el estado de Nueva York, el tipo de comunidad por el que podríamos pasar sin detenernos, excepto si deseamos fantasear con una vida sin prisas en un paraje de viejos edificios victorianos, como sus habitantes, venidos a menos. Pero Richard Russo nos anima a detenernos y mirar a nuestro alrededor; nos muestra que lo que parece estático se agita en el fondo. Y pronto uno se da cuenta de que ninguna persona sensible iría a North Bath a perderse, ya que la vida allí, se vive enteramente en público.
Novela extensa, con asuntos que parecen normales, pero que su autor trata con tal maestría, sabiendo sacar partido de la vida cotidiana de sus personajes y con tal sentido del humor y un ritmo tan conseguido, que resulta de fácil y atractiva lectura.
El libro fue llevado a la pantalla en 1994 con el mismo título que la novela original (Novody's Fool), bajo la dirección de Robert Benton y con un reparto encabezado por Paul Newman acompañado de un reparto de lujo que incluye, entre otros, a Jessica Tandy, Bruce Willis o Melanie Griffith.
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