Vincent (Vincent Dedienne), un treintañero sin hijos, se infiltra en un grupo con unos códigos y un lenguaje misteriosos: los padres de los alumnos. Acudir a reuniones de padres y maestros, a viajes escolares y a la fiesta de fin de año es una gran hazaña. Pero Vincent tiene una muy buena razón para estar allí e incluso termina sintiéndose bien en esta comunidad algo especial.
Vincent es en realidad el canguro de uno de los niños de la clase, hijo de madre soltera que lo concibió por inseminación. El crío tiene un cierto déficit de padre, al parecer ha sufrido alguna burla de sus compañeros en algún colegio anterior por este motivo y hace creer a los demás que Vincent es su papá. Éste, en lugar de deshacer el malentendido, aprovecha la ocasión para apuntarse a las actividades con el fin de ligarse a la maestra por la que se siente atraído. Con este planteamiento, el enredo está servido.
Algún gag que te hace sonreír y un par de escenas que consiguen reflejar con acierto este peculiar mundo de los pequeños en clase, con su incesante cadena de preguntas y el de los variopintos padres, es casi todo lo que ofrece la película que discurre como una comedia amable y bastante blanda, con un desenlace más que previsible.
Vaya: se acerca la vuelta al cole...
ResponderEliminarCada año, la misma historia.
EliminarQue tal Trecce!
ResponderEliminarLa comedia francesa y yo no nos llevamos muy bien...jeje
Pues si, en breve se llenan las aulas.
Saludos!
Con las situaciones de siempre que, sin embargo, siempre son nuevas.
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