Lenny Cantrow (Charles Grodin) y Lila Kolodny (Jeannie Berlin), una pareja de judíos neoyorkinos que acaban de casarse, pasan su luna de miel en Miami Beach. Sus relaciones previas al matrimonio no incluían el sexo y, a medida que pasan los días, Lenny comienza a sentirse molesto por cada pequeño detalle de Lila, lo que le lleva a preguntarse si no habrá cometido un error casándose con ella. Opinión que se refuerza cuando conoce a la joven estudiante universitaria Kelly Corcoran (Cybill Shepherd), que pasa allí sus vacaciones junto a sus padres, en la que cree haber encontrado a la mujer de su vida.
Lenny hace todo lo posible por alejar a Lila de su lado y pasar el mayor tiempo posible con Kelly con la esperanza de casarse con ella, aunque hay tres cosas que se interponen en su camino: el hecho de que ya está casado con Lila; saber si Kelly siente lo mismo por él o si esta relación es para ella solo una aventura de vacaciones; y el Sr. Corcoran (Eddie Albert), que odia a Lenny y todo lo que tiene que ver con él.
Había una vez un escritor norteamericano de origen judío llamado Bruce Jay Friedman, que compartía generación (los llamados postmodernos), con otros literatos de la altura de Joseph Heller, Thomas Pynchon, Kurt Vonnegut o Stanley Elkin. Friedman es el menos conocido, pero también el más divertido de toda esa generación surgida a partir de los años 50.
Nominado al Oscar por su guión de “1,2,3... Splah”, se casó joven, a finales de los 50, y se marchó con su mujer a Florida. El primer día que llegaron, el escritor, agobiado, bajó solo a la piscina del hotel. Allí había una joven nadando que, al poco rato, le salpicó y se disculpó riéndose. Friedman volvió a subir pensando si no se habría precipitado a la hora de casarse. Esa misma noche empezó a escribir un cuento, “Un cambio de planes”, la historia de un hombre que, en su luna de miel, se enamora de otra mujer. Esa historia es la que adapta el guión de “The heartbreak kid”, que en España se tituló "El rompecorazones".
Bruce Jay Friedman nos dejó el 3 de junio de este mismo año cuando tenía 90 años.
Lenny y Lila se han casado hace tres días, están en su luna de miel, él la ha invitado a una cena romántica en la que han servido langosta y ella está esperando a que le sirvan la tarta de nuez con nata de la que él le lleva hablando desde hace tiempo como un bocado suculento. Lila confiesa que está viviendo los momentos más felices de su vida, cuando Lenny le suelta que deben separarse, que ella no es la mujer que esperaba (dicho finamente: que le ha decepcionado) y que ha conocido a otra con la que quiere casarse. ¿Puede haber algo más cruel?
Pues de esos momentos tiene más la película, un film que más que humor negro, destila eso, humor cruel.
El personaje de Cybill Shepherd es una belleza, una Nancy rubia, coqueta, manipuladora y egocéntrica, incluso fría, pero eso forma parte de su encanto. El personaje de Berlin es cálido, sencillo, expresivo y, en muchos aspectos, vulgar, lo que también tiene su encanto, pero cada uno tiene sus ideales en la vida y lo que para unos es su ideal de hombre o mujer, para otros, sencillamente, no lo es.
Después de esos primeros días de vida en común, más bien horas, Lenny ve a Lila como una mujer ordinaria. Supongo que se la imagina ajada y gorda dentro de unos años, tras contemplar cómo se le quedan restos de comida en la barbilla o cuando ella se levanta de la cama y dice que va a hacer pipí y oye los ruidos del cuarto de baño; cuando ella no hace más que preguntarle si le ha gustado tras hacer el amor; etc., etc. Ella le quiere, está feliz, pero él no.
Kelly es una intrigante, una figura etérea y de fantasía, de la que seguro que jamás vas a aspirar ninguno de sus olores corporales y con una melena perfecta, lisa y bien peinada, frente al pelo fosco de Lila.
Comedia de humor retorcido e hiriente, que no deja de arrancarte sonrisas cuando te adaptas a él, con algunos momentos realmente divertidos y otros que te empujan a la reflexión.
En 2007 los hermanos Farrelly hicieron un remake con Ben Stiller, con un estilo mucho más explicito y algo diferente.
Por cierto, Jeannie Berlin, es hija de la directora del film, Elaine May y, por su trabajo, que me ha parecido realmente espléndido, obtuvo sendas nominaciones al Oscar y al Globo de Oro, como mejor secundaria, pero curiosamente desapareció de la escena cinematográfica.
Tiene una trama interesante. La anoto para verla cuando pueda.
ResponderEliminarUn saludo!
Es entretenida.
EliminarQue tal Trecce!
ResponderEliminarCreo haberla visto pero la tengo algo olvidada, la memoria ya me juega malas pasadas...jeje
Saludos!
No es a ti solo, je, je...
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