A principios de los años setenta, el Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), un grupo vinculado al anarquismo, formado por un puñado de militantes españoles y franceses muy jóvenes, pone en jaque a la policía al cometer varios atracos en Cataluña con el objetivo de conseguir dinero para apoyar a los sectores más combativos del movimiento obrero. En un primer momento, el éxito de sus acciones espectaculares, provocadoras e irreverentes proporciona a los jóvenes del MIL una sensación de invulnerabilidad que termina bruscamente en septiembre de 1973, cuando efectivos de la Brigada Político Social tienden una trampa a dos de sus militantes. En el transcurso de su detención se produce un confuso tiroteo en el que muere un joven inspector de policía. Salvador Puig Antich (Daniel Brühl) resulta gravemente herido y, tras pasar por el hospital, ingresa en la cárcel Modelo de Barcelona a la espera de un consejo de guerra. A partir de ese momento, tanto sus hermanas como sus abogados inician, ante la indiferencia general, una carrera contrarreloj para salvar la vida del joven activista. Pero el 20 de diciembre de 1973 se produce el atentado de ETA contra el presidente del Gobierno Franquista, el almirante Carrero Blanco, y Salvador Puig Antich se convertirá en el chivo expiatorio que un sector del Régimen Franquista reclama. El Consejo de Guerra contra Puig Antich es una farsa y el joven Salvador es condenado a muerte. Todos los intentos por salvarlo, incluso una improbable y rocambolesca fuga, resultarán inútiles y el 2 de marzo de 1974 Puig Antich es ejecutado mediante el "garrote vil".
La película, dirigida por Manuel Huerga, se inspira en el libro "Cuenta atrás. La historia de Salvador Puig Antich", del escritor y periodista Francesc Escribano Royo.
Manuel Huerga consigue interesarnos en esta historia a base de una primera mitad trepidante, en que los acontecimientos se suceden con dinamismo y una segunda mitad que lleva la espectador hacia caminos que quizá a algunos le puedan parecer incluso sensibleros, pues es cierto que la historia con el carcelero es un poco interesada para darnos una imagen concreta del protagonista. Es posible que sin haberse detenido tanto en los pormenores de esta segunda mitad del film, la película hubiera tenido algo más de garra por sí misma, sin tener que echar mano de recursos que toquen la vena sensible del espectador tan descaradamente, aunque hay que añadir que casi todo lo que se cuenta ocurrió tal cual, otra cosa es cómo se cuente o el sesgo que se le de y ahí es donde radica el problema de estas películas.
Estamos hablando de la historia de una persona que usaba armas de fuego y cuyo grupo fue responsable, al menos, de la muerte de una persona inocente, un empleado de uno de los bancos que atracaron. Nada se profundiza en esta película de la muerte de este hombre, ni de si a su familia le ha hecho "gracia" el film; es tratado como un simple fardo, un daño colateral, como se dice ahora, muerto a manos de unos tipos que no eran precisamente Robin Hood y que tenían vínculos con E.T.A.
Dicho lo cual, quede bien clara mi oposición absoluta a la pena de muerte y a los manejos interesados de la justicia que, en definitiva, es el asunto central de la película, que pierde algo cuando se aleja de ese planteamiento para entrar en el caso particular de Salvador, cuya muerte tampoco es que arreglara demasiado, sino añadir el dolor de una familia, la suya, a los que el hubiera podido ocasionar a otras.
Pues fíjate que no recuerdo estos acontecimientos, será por aquello de que uno era joven, y a este tipo de noticias no le prestaba uno atención. Por supuesto de lo que si me acuerdo perfectamente fue del asesinato de Carrero Blanco; aunque claro, si ahora aún se sigue manipulando la información, en aquella época era la bufa la gamba. Pues hombre que no se le prestara atención, a esa persona que murió en el tiroteo, y ni se mencione tan siquiera a la familia, eso no está nada claro. Si lo ejecutaron por medio de "garrote vil" me imagino que sería de los últimos reos condenados a muerte por ese método.
ResponderEliminarSalud Trecce
De hecho, la de Puig Antich, fue la última ejecución por garrote vil que tuvo lugar en España.
EliminarPersonalmente estoy totalmente en contra de la pena de muerte, porque es algo que no tiene vuelta atrás y evitar el error de matar a un inocente creo que compensa de sobra a todos los culpables que siguen vivos. Otra cosa son las cadenas perpetuas revisables...
ResponderEliminarYendo a la película, en su momento no me gustó, por dos cosas, por un lado por la excesiva sensiblería y por otro por su descarada parcialidad y por la obsesión de demostrar que Salvador era un héroe inocente.
Si la película se hubiera rodado a finales de los 70 o en los años 80, sería bastante comprensible el sesgo como reacción al final de la dictadura, pero es una película rodada 30 AÑOS después de la muerte de Franco....
La verdad es que, como se dice vulgarmente, se les ve demasiado el plumero.
EliminarSí recuerdo aquellos hechos y también que fué el último ejecutado por garrote vil.
ResponderEliminarDespués ejecutaron por fusilamiento a los etarras Otaegui y Chiki Paredes.
En efecto, así fue, don Javier.
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