Ambientada en el siglo XVII, centra la trama en dos hermanas que se evaden de la sociedad machista de la época de dos formas muy distintas.
Finea (Silvia Abascal) y Nise (Macarena Gómez) son hermanas y actúan como polos opuestos que atraen a dos caballeros, ya sea por su dote o por su belleza. La primera comienza como dama ingenua e infantil hasta que el amor la transforma en sagaz y discreta; la segunda es presentada como superior e inteligente para después abandonarse al caballero que la reclama empujada por los celos o el despecho.
El caso es que la llegada de estos dos pretendientes hará que ambas entren en una competencia que les llevará a descubrir su verdaderas personalidades. Entre medias, una madre que quiere manejar los destinos y los afectos de sus hijas, y que acabará confundida, desuniendo lo acordado para recuperar cierto honor arrebatado, o quizá para dar gusto a la pretensión de las jóvenes doncellas. Y unos “señores” que entre besos y espadazos buscan abrirse camino en sus torcidas intenciones, glamourosas o crematísticas. Toda una galería de personajes para fuegos cruzados de versos rimados y enredos sentimentales, que lógicamente tienen su consabida réplica entre criadas y lacayos.
Adaptación del clásico de Lope de Vega, en la que su realizador, Manuel Iborra, se toma algunas licencias, liberando al texto de arcaísmos y revisando las relaciones amorosas que plantea.
Quizá lo mejor sea el precioso vestuario, diseñado por Lorenzo Caprile, muy colorista, incluso barroco y que nada tiene que ver con los adustos ropajes de la época (otra licencia del film).
Es de agradecer que haya quien se atreva a acercarnos los clásicos de la literatura española, en proyectos que, normalmente, están abocados al fracaso comercial.
Dicho lo cual y reiterado mi reconocimiento por la quijotesca iniciativa, he de señalar que, en general, la película no me ha gustado demasiado y, por momentos, me ha resultado aburrida.
Mantiene la estructura teatral de la obra, con escasos escenarios y los actores declamando (no siempre con acierto) los versos del Fénix de los Ingenios.
Chocante (por no decir patética) la imagen que se le da al personaje que interpreta Coronado, con aro en la oreja, cabello largo, ropa desastrada y aspecto sucio (incluídas uñas negras) que, como alguien ha dicho, parece una versión cutre de Jack Sparrow. Por lo demás, cumplen con mayor o menor tino, excepto Silvia Abascal que, para mi gusto, logra una buena interpretación para un personaje que nos resulta tierno y cercano.
Muy valiente el Iborra al adaptar a peli una obra teatral de Lope de Vega.
ResponderEliminarLa verdad es que hay que estar un poco "loco" para embarcarse en proyectos como este.
EliminarJoder por la foto que has puesto, parecen que estén todos muertos; sobre todo Coronado. Igual de zombis lo bordaban.
ResponderEliminarSalud Trecce.
La caracterización de Coronado da pena, ¿o quizá da risa...?
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