Una de las más representativas obras de la llamada arquitectura civil que han llegado a nuestro días desde épocas remotas.
El edificio es de factura renacentista y lo mejor conservado es la fachada, que corresponde a la primera mitad del XVI y que, en su día, tenía dos torreones, de los cuales uno fue demolido en 1748.
Fue fundado por D. Enrique Enríquez, primer conde de "Alba de Liste", siendo posteriormente comprado por el corregimiento de la ciudad para construír un hospicio, que fue inaugurado en 1789.
Lo más destacable de su interior es el patio, con galerías superior e inferior que se asoman al interior con hermosas arcadas, apareciendo sobre las columnas de los arcos del piso de abajo bustos de héroes y en el superior, dentro de unas orlas, los escudos de los Toledo, Girón, Enríquez y otras familias de la época.
Es muy bonita la escalera, que se abre con dos arcos y que tiene un pasamanos muy elegante.
En la actualidad, alberga el Parador de Turismo que lleva el nombre de los condes. En la prensa de hace 40 años se puede leer la noticia:
"30 junio 1968
El ministro de Información y Turismo, don Manuel Fraga Iribarne,
acompañado del subsecretario de Estado de la Presidencia del Gobierno
de Portugal, doctor Paulo Rodrigues, inauguró el Parador Nacional de los Condes de Alba y Aliste, en Zamora"
El edificio es de factura renacentista y lo mejor conservado es la fachada, que corresponde a la primera mitad del XVI y que, en su día, tenía dos torreones, de los cuales uno fue demolido en 1748.
Fue fundado por D. Enrique Enríquez, primer conde de "Alba de Liste", siendo posteriormente comprado por el corregimiento de la ciudad para construír un hospicio, que fue inaugurado en 1789.
Lo más destacable de su interior es el patio, con galerías superior e inferior que se asoman al interior con hermosas arcadas, apareciendo sobre las columnas de los arcos del piso de abajo bustos de héroes y en el superior, dentro de unas orlas, los escudos de los Toledo, Girón, Enríquez y otras familias de la época.
Es muy bonita la escalera, que se abre con dos arcos y que tiene un pasamanos muy elegante.
En la actualidad, alberga el Parador de Turismo que lleva el nombre de los condes. En la prensa de hace 40 años se puede leer la noticia:
"30 junio 1968
El ministro de Información y Turismo, don Manuel Fraga Iribarne,
acompañado del subsecretario de Estado de la Presidencia del Gobierno
de Portugal, doctor Paulo Rodrigues, inauguró el Parador Nacional de los Condes de Alba y Aliste, en Zamora"
Bonito palacio.
ResponderEliminarTengo ganas de volver a Zamora para visitarla como se merece.
Un saludo!
Aun vivo para contar los malos recuerdos que allí pasé. Yo fui un "hospiciano" que pasó once años, sería muy difícil narrarlo y en mi paso por la vida no he podido aun curar esa herida que en la actualidad todavía sufro, la factura psicológica me llego cuando pensaba que solo seria un breve recuerdo.
EliminarSé que se reunen algunos antiguos compañeros del orfanato una vez al año, aunque creo que estos ya estuvieron en el Colegio del Tránsito, no sé si alguno de ellos aún conoció la dureza del antiguo hospicio.
EliminarCreo que los que allí estuvistéis sois los únicos que de verdad os podéis comprender unos a otros, hay cosas en esta vida que hay que pasarlas para saber lo que son, los demás sólo podemos admirar vuestra entereza para salir adelante.
Estupenda la serie de "Rincones de Zamora", Trecce. A ver si un fin de semana de estos...
ResponderEliminarUn poco exagerado eres, Arturo, pero gracias por el entusiasmo.
ResponderEliminarY a Pablo se le espera por estos lares.
En el antiguo Hospicio de Zamora crecieron mis antepasados; bisabuela materna y bisabuelo, que contrajeron matrimonio después y él ejerció en varios pueblos de Zamora, después en Burgos y Soria, recalando en un pequeño pueblecito de Zaragoza en dónde dejaron huella de la que hoy es mi familia.
ResponderEliminarEntrañable historia.
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