Un matrimonio con tres hijos viven en una mansión a las afueras de la ciudad; los hijos, ya bien entrados en la veintena, nunca han salido más allá del jardín y reciben la educación de sus padres, empeñados estos en que no se corrompan con lo que la dura realidad del mundo exterior les pueda ofrecer. Sólo Christine (Anna Kalaitzidou), guardia de seguridad de la empresa en la que trabaja el padre, puede entrar en la casa.
Gracias al premio "Un certain regard", recibido en el Festival de cine de Cannes 2009 por este film, comenzamos a saber del realizador griego Yorgos Lanthimos que, procedente del mundo de la publicidad y el videoarte, había dirigido un par de películas, obras de teatro y anuncios para la televisión, siendo apenas conocido fuera de su país.
Una propuesta que no es original (sin pensar demasiado me viene a la cabeza, por ejemplo, El bosque, de M. Night Shyamalan), pero sí su planteamiento y algunas de las posibles conclusiones que puedan sacarse, una panoplia de interpretaciones que Lanthimos esboza y deja que sea el espectador quien entienda y descifre. Desde las más evidentes, que tiene que ver con la sobreprotección de los hijos o con la educación, la forma de ofrecérsela a nuestros jóvenes y las posibles controversias que unos métodos u otros susciten, hasta otras que no son tan evidentes a primera vista, pero que están presentes: La manipulación del significado de las palabras y el poder de contaminación o de desvirtuar la realidad que ello conlleva; las reflexiones alrededor del paraíso en la tierra y el afán del hombre de morder la manzana por más peligros que ello implique; ciertos tabúes presentes en las sociedades humanas y alguna otra que el espectador puede descubrir según su forma de pensar o lo que la narración le sugiera.
Película que tiene algo de rompedora, diferente, distinta incluso en algunos aspectos estéticos, de esas que puede que a más de uno le resulten molestas y que no sabes muy bien si recomendar a otros para que la vean. Yo creo que merece la pena darle ocasión, aunque solo sea sea para poder contemplar un cine distinto al que acostumbramos a ver, con propuestas que tienen algo de arriesgadas y que no piensa en ofrecer concesiones al espectador, sino llevarle a la reflexión y, en cierto modo, sacarnos de nuestra zona de confort.
¡Hola!
ResponderEliminarDel director vi "Langosta". Que me dejó impactada 🤯. Tomo buena nota de estupenda reseña y la anoto para verla lo antes posible, si es que me da la vida un respiro.
Saludos!
Así estamos todos, con poco tiempo y muchas propuestas.
EliminarDecir que el cine de Lanthimos es contundente quizá se quede corto. Pero estoy de acuerdo contigo en que son los cineastas transgresores, desde Buñuel hasta Haneke, los que de verdad nos hacen reflexionar (aunque sea a base de incomodar al espectador).
ResponderEliminarEs gente con propuestas diferentes, a veces, como dices, incómodas, un cine poco comercial, pero muy bien hecho.
EliminarEsta historia, por extraña que parezca, se basa en hechos reales acaecidos en México allá por los años cincuenta, que ya inspiraron una novela ("La carcajada del gato", de Luis Spota), una obra de teatro ("Los motivos del lobo", de Sergio Magaña) y otra película, excelente, de Arturo Ripstein: "El castillo de la pureza" (1972).
ResponderEliminarAunque se parece mucho a la película de 1973 'El castillo de la pureza', el director Yorgos Lanthimos nunca a reconocido ese extremo, a pesar de que el mismo Arturo Rispstein dijo que quería enviar un mensaje al director Yorgos Lanthimos diciendo: "Espero que ganemos" la noche de los premios Oscar cuando esta película fue nominada, sugiriendo que la película de Lanthimos estaba basada en la suya.
EliminarLanthimos siempre ha dicho que la idea surgió de una conversación con unos amigos a punto de casarse, cuando expresó sus dudas sobre la institución y la familia en sí.