Bob (Tom Hardy) un solitario camarero rescata a un cachorro de un cubo de basura. Sus problemas empiezan cuando aparece el dueño del animal, un hombre con problemas mentales que, además, acabará involucrado en un plan para atracar el bar en el que trabaja el camarero.
A la postre sería el último trabajo de James Gandolfini, conocido sobre todo por su icónico papel de jefe de la mafia en la innovadora serie de HBO Los Soprano. Gandolfini murió repentinamente de un infarto a los 51 años antes del estreno de la película. Aquí interpreta al "primo" Marv Stipler, un ex tipo duro, con un negocio de apuestas clandestinas y dueño de un bar, una persona que ahora se siente quemada y derrotada y que, desde hace más de ocho años trabaja para un grupo de mafiosos chechenos que acabaron con su negocio ilegal y le obligaron a entregarles la propiedad de su bar, pero le dejaron mantener su nombre y seguir al frente del mismo, aunque solo nominalmente.
Bob es absolutamente consciente del mundo que le ha tocado vivir, sabe de los peligros del entorno y de que la línea que separa la vida de la muerte es difusa, así que, al contrario de otros, que van de matones, ha optado por ofrecer un perfil bajo, de hecho, durante buena parte del film, llegamos a sospechar que padece algún tipo de retraso, aunque no es así, ni muchos menos, simplemente sabe que es mejor no llamar la atención y si lo hace que sea para que los otros piensen que es un ser amorfo y del que uno puede incluso abusar.
El relato resulta muy interesante porque consigue dar una visión algo diferente de este peculiar mundo de las mafias, no ofrece nada nuevo, pero sí lo desarrolla desde un enfoque distinto, ese es su principal atractivo, además de la buena interpretación que consigue Tom Hardy muy bien secundado por Gandolfini.
Las lecciones morales son las que quiera extraer el espectador sobre estos seres, tanto Bob como Nadia (Noomi Rapace), golpeados por la vida, que vuelcan el amor que ellos no recibieron en el perro apaleado encontrado en la basura. A pesar de las terribles decisiones que ha de tomar, el protagonista se nos muestra como un ser con principios y conciencia del bien y el mal, por eso, aunque acude a la iglesia del barrio, jamás se acerca a recibir la comunión.
La película no tiene apenas acción trepidante, ni escenas espectaculares de tiroteos o persecuciones, incluso su desarrollo, durante buena parte del film, es parsimonioso, parece que no avanza demasiado, fiándolo todo a un final en que se suceden los acontecimientos con vértigo y todo lo que hemos visto hasta entonces, cobra pleno sentido.
El canto de cisne de un gran actor.
ResponderEliminarLa última escena en que aparece parece una despedida en toda regla, como una premonición.
EliminarQue tal Trecce!
ResponderEliminarMe gusto en su momento, recientemente volví de nuevo a verla y repare en nuevos detalles. Es cierto, es una película con cierta parsimonia pero que resulta interesante. La figura de Gandolfini con el paso del tiempo se ha convertido en un mito.
Saludos!
Suele ocurrir con la gente que muere antes de tiempo y para la esperanza de vida de esta época, él murió demasiado pronto.
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