En 1936, el Frente Popular y la guerra de España agitan los espíritus. Fiodor (Serge Renko), joven general del ejército zarista, refugiado en París, y su esposa Arsinoé (Katerina Didaskalou), participan del enrarecido ambiente. En tanto que ella traba amistad con unos vecinos, profesores de instituto y simpatizantes comunistas, él realiza viajes secretos y le gusta inquietar a quienes le rodean. No oculta que es un espía, pero disimula por cuenta de quién: ¿de los anticomunistas blancos, de la Unión Soviética, de los nazis o de todos a la vez? ¿Lo sabe él mismo, que ama a su mujer, pero parece dispuesto a sacrificarla en nombre de un sórdido complot?
Coproducción Francia-España-Italia-Grecia-Rusia, estrenada en 2004 y dirigida por el francés Éric Rohmer que es también autor del guión. La película es una libre adaptación de un caso real sin esclarecer, el conocido como Incidente Skoblin.
Pero no se dejen llevar por esto, ni por el título del film, el asunto del espionaje, resulta anecdótico en el devenir de la película que resulta ser, sobre todo, un relato moralista sobre la hipocresía y la mentira, representado en la vida de una pareja en la que observamos el preludio del desastre final a que conduce una conmovedora epopeya íntima.
Sin apenas acción y con escasez de escenarios, los hechos transcurren entre la llegada al poder del Frente Popular y la ocupación de París por el ejército del Reich. Una película que tiene algo de intimista y que se apoya fundamentalmente en los diálogos y en las buenas actuaciones de la pareja protagonista.
El film utiliza imágenes documentales para enmarcar la acción y se dedica a "filmar la palabra", pues el mismo Rohmer señalaba que tiroteos y persecuciones entre tipos que no hablan, estamos hartos de verlos y él quería otra cosa.
De cualquier modo, para sacarle todo el jugo al film, hay que estar al tanto de detalles históricos que no son muy conocidos (los relativos a los exiliados rusos, por ejemplo), e incluso tener cierto dominio o, al menos, conocimiento, de historia del arte contemporáneo para disfrutar, por ejemplo, también de los pequeños coqueteos humorísticos que Rohmer hace a través de las pinturas que realiza el personaje de Arsinoé. Por cierto, da gusto ver la elegancia con que baja las escaleras Katerina Didaskalou y, en general, la soltura y naturalidad con la que se mueven en escena ella y su marido en la ficción.
No la he visto, pero has comentado cosas como que es un relato moralista, que se apoya en diálogos, que no hay tiroteos, que hay otra cosa: es decir, Rohmer!
ResponderEliminarEn su más puro estilo.
EliminarEs curioso cómo, en el tramo final de su carrera, un cineasta que tanto había abordado lo cotidiano en sus películas se decantó, en cambio, por rodar tres filmes históricos.
ResponderEliminarEs cierto, no había caído en ese detalle.
EliminarHola.
ResponderEliminarPues tiene muchísimos ingredientes que la hacen interesante. Descubrí a Rohmer con "Pauline en la playa", y la verdad es qu eno defrauda.
Feliz finde.
Ya sabes que hay que tomarse su cine con cierta calma.
EliminarEs una de las dos o tres películas que me faltan por ver del maestro francés.
ResponderEliminarSaludos.
No es su mejor película, creo yo, pero bueno, está en su línea.
EliminarMe gusta bastante el cine de Rohmer... a pesar de que, en mi opinión, abusaba de los diálogos.
ResponderEliminarLe gusta mucho la palabra.
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