Manuela (Itsaso Arana/Candela Recio) y Olmo (Francesco Carril/Pablo Hoyos) son una antigua pareja que se reencuentra quince años después de haber abandonado su relación, cuando eran unos adolescentes que vivían su primer amor, antes de tomar caminos separados.
Construida sobre dos momentos temporales distintos y con diferentes intérpretes, el film muestra el presente y el pasado de los mismos personajes, el reencuentro de dos personas que se amaron en la adolescencia visto ahora mismo y la reconstrucción de esos momentos de ensoñación romántica vivida en el pasado, un recuerdo que la película reconstruye como un sueño de un Olmo que se arrepiente por no luchar lo suficiente como para convencerse de que el abandono de Manuela era sincero y real y no otra prueba de amor que debía superar.
En su historia encontramos un cierto cambio en los roles tradicionales, él más romántico, tímido y dependiente y ella como más segura de lo que quiere y más independiente.
Ni azúcar a discreción, ni mariposas en el estómago, ni romanticismo de brocha gorda, Jonás Trueba nos acerca a una pareja de lo más normal que, en su día tuvieron una relación y que se reencuentran entre risas nerviosas y silencios prolongados, en una fría tarde madrileña en la que, solos o rodeados de gente, rememoran aquellos tiempos de instituto en los que descubrían el amor.
Referencias cinéfilas y muchas literarias, en línea con anteriores trabajos del ya no tan joven guionista y realizador español que, a pesar de lo dicho, nos ofrece algunas escenas llenas de ternura, de dulzura, porque son frescas y bastante reales y es que para retratar este amor de juventud y que resulte así, no hace falta más que fotografiar la realidad sin necesidad de aditamentos.
Una reflexión sobre la huella que deja en algunas personas el primer amor con el que han de lidiar toda la vida sus parejas actuales que saben que la otra persona está allí y han de aprender a navegar con ese lastre y ellos mismos que no acaban de sacudirse aquella influencia del pasado y tratar de avanzar con ella o a pesar de ella, hacia el futuro.
Un film con el toque personal del menor de la saga Trueba que ya nos va resultando reconocible y que nos acerca a un romanticismo diferente.
Quizá se le va la mano en la duración del film que flojea en algunos tramos por algunas escenas excesivamente largas que apenas aportan nada al relato sino es para estirar su metraje.
Puede que Jonás sea el más joven de la saga, pero a mí, personalmente, es el Trueba que más me interesa.
ResponderEliminarA ti y a muchos más, algunos de ellos lo consideran el único de la saga que interesa en este momento.
EliminarInteresante película del joven Trueba, muy deudor de la Nouvelle Vague.
ResponderEliminarSaludos.
En efecto, así es.
EliminarNo conozco muchos casos de parejas que hayan vuelto así al cabo del tiempo. Generalmente los que acabaron tienen cuentas pendientes que no se perdonan. Cine es cine.
ResponderEliminarYo sí conozco alguno.
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