viernes, 26 de octubre de 2018

RÍO GRANDE

La historia se desarrolla en el verano de 1879. El Coronel Kirby Yorke (John Wayne) al mando de un fuerte cercano a la frontera de Texas con México, se encuentra sometido a una presión considerable debido a los apaches que usan a México como santuario para refugiarse de la persecución y por una grave escasez de tropas bajo su mando.
Nada más llegar de una operación de castigo y tras detener a varios apaches, recibe un nuevo grupo de reclutas. Pero ve, ante su sorpresa, como se incorpora al regimiento su hijo, al que no veía desde hace 15 años, el soldado Jeff Yorke (Claude Jarman Jr.), que ha fracasado en su intento de ingresar en West Point tras suspender los exámenes de Matemáticas, mintiendo sobre su edad para poder alistarse en la caballería como soldado raso. No queriendo dar ninguna impresión de que está mostrando favoritismo hacia su hijo, el Coronel Yorke termina tratando a Jeff con más dureza que a los demás.
Jeff se hace amigo de un par de soldados que han llegado con él, pero que demuestran estar más curtidos, Travis Tyree (Ben Johnson) (que está huyendo de la ley) y Daniel "Sandy" Boone (Harry Carey, Jr.). Ambos cuidarán de él.
Dispuesta a sacarlo de allí, también llega al fuerte la esposa de Yorke, Kathleen (Maureen O'Hara), distanciada de él desde hace años, por el gran apego del coronel hacia el ejército y sus normas. Durante la guerra, Yorke había sido obligado por las circunstancias a quemar Bridesdale, la casa de su esposa en el valle de Shenandoah . El Sargento Quincannon (Víctor McLaglen), que incendió la Hacienda cumpliendo las órdenes recibidas, todavía está con Yorke y será un recordatorio constante del episodio.
Jeff rechaza los intentos de su madre para que retorne al hogar, recordándole que además del permiso del comandante, liberándole de su compromiso, hace falta su propio consentimiento, y él está decidido a quedarse en el Ejército.
La tensión producida por el futuro de su hijo y el cambio de actitud de Yorke, que se muestra más atento con su esposa, reaviva el romance que la pareja sintió una vez.
Yorke recibe la visita de su ex comandante de la Guerra Civil, Philip Sheridan (J. Carrol Naish), la razón es que la actividad de los apaches en la frontera es manifiesta y Sheridan ha decidido ordenar a Yorke -verbalmente, nunca por escrito- que cruce el Río Grande y se interne en México en busca de los Apaches, una acción que tiene graves implicaciones políticas ya que viola la soberanía de otra nación.
Si Yorke falla en su misión de destruir la amenaza apache, se enfrentaría a una corte marcial. Sheridan, en un acto de reconocimiento de lo que le está pidiendo a Yorke que arriesgue, promete que los miembros de la corte serán hombres "que cabalgaron por el Shenandoah" con ellos durante la Guerra Civil. Yorke acepta la misión.
En medio del agrio conflicto familiar, se enfrenta ahora a esta difícil y peligrosa misión y conduce a sus hombres hasta México en busca de los indios que, además, han atacado un convoy del fuerte y secuestrado una carreta en la que iban los niños que habían sido enviados a Fort Bliss para su seguridad.


Basada en la historia Mission with no Record (Misión extraoficial), de James Warner Bellah, un autor de relatos del oeste muy popular entre los años 30 a 50, publicados en libros de bolsillo o serializados, como es el caso, en el Saturday Evening Post.


Herbert Yates, presidente de Republic Pictures exigió a Ford que dirigiese este film con el mismo equipo con el que rodaría El hombre tranquilo, para compensar las pérdidas que preveía iba a acarrear esta última película. Según refiere Maureen O'Hara, ni Ford, ni Wayne, querían participar en este proyecto. La película se hizo con la mitad de presupuesto de Fort Apache y... Ford acabó enamorándose de la historia.
Para sorpresa de Yates que, en este caso al menos, no demostró demasiado buen ojo, cuando se estrenó The quiet man, dos años después, se convirtió en la película número uno de los grandes éxitos de Republic Pictures en términos de taquilla.


Es cierto que la película es conservadora y patriótica (para algunos, seguramente, patriotera).
Es cierto que el film utiliza un recurso ventajista, el secuestro de los niños, que hace ver al espectador que los indios son malos y los soldados, unos buenos tipos que van a rescatar a unas pobres criaturas.
Es cierto que el coro del regimiento aparece de forma reiterada y puede que a alguien le parezca artificial.
Pero no es menos cierto que en el fuerte sirven los exploradores navajos y que uno de ellos, Hijo de Muchas Lunas, es uno de los cinco que reciben mención por su valor. Y tampoco es menos cierto que en la caballería se cantaba.
Más allá de las consideraciones y gustos de cada cual y las opiniones más o menos interesadas y, muchas veces, simplistas, sobre el pensamiento politicosocial de Ford, creo que es de ley reconocer que estamos ante un gran film, con planos realmente conseguidos y buenas actuaciones.
No es lo mejor de Ford, es cierto, hay cosas que seguramente no están muy conseguidas, como la presencia de la esposa de Yorke en el fuerte (fuera de que ver a Maureen O'Hara, aunque esté fuera de lugar, siempre es agradable); la repelente niña tocando la campana de la iglesia y alguna otra cosa más; pero por contra tenemos las impresionantes cabalgadas a la romana del principio del film o las escenas de la caballería en columna de a dos por los alrededores del fuerte, magníficamente fotografiadas y que resultan tan épicas y evocadoras. Y tenemos, también, el tono poético que esa relación de Yorke y Katleen, con muchas miradas y gestos y pocas palabras, aporta al film.
Supongo que Ford quedó satisfecho con su trabajo y la imagen en la que aparece su nombre en los títulos de crédito ("Directed by: John Ford"), sobreimpresionado sobre la silueta recortada en el horizonte del corneta del regimiento a caballo, un plano nada modesto y que imagino se rodaría ya con la mayor parte de la película acabada y pensada a modo de firma del autor, demuestran que estaba contento con lo que había hecho.




6 comentarios:

  1. Tengo idea de haberla visto pero no recuerdo nada del argumento que relatas.

    ResponderEliminar
  2. No me extraña que estuviera contento. A mí me parece otra maravilla. El arranque es de lo mejor de Ford (y eso es decir mucho). Las secuencias nocturnas en el campamento a orillas de Río Grande han pasado ya a la historia del cine. Magnífica.

    ResponderEliminar
  3. Los vínculos familiares dentro del trabajo nunca han sido recomendables.

    ResponderEliminar