En 1967, en plena Guerra Fría, llegar a la luna se ha convertido en una auténtica obsesión. La CIA sospecha que hay un espía ruso dentro de la NASA para sabotear la misión Apollo. Por eso mandan a cuatro de sus agentes, cuatro jóvenes, que se hacen pasar como parte de un equipo de rodaje que está haciendo un documental, para que investiguen. Pero lo que descubren es todavía más impactante que la infiltración de espías soviético. El Gobierno parece estar escondiendo un secreto y descubrirán una de las mayores conspiraciones de la historia de América. Algo que podría cambiar el futuro de la humanidad. La Casa Blanca no se detendrá a la hora de silenciar a nadie dispuesto a desvelarlo.
¿Recuerdan la leyenda urbana que dice que Neil Armstrong, realmente nunca llegó a pisar la Luna en 1969? Pues ese es el punto de partida alrededor del cual gira este film, sobre un hecho que, conforme a las teorías conspirativas, nunca sucedió y del que se ha llegado a decir que todas las imágenes que se mostraron al mundo entero, estaban recogidas en la tierra, algunas incluso en decorados construídos al efecto.
El film es una especie de comedia en torno a un grupo de estudiantes que podrían haber creado dichas imágenes del alunizaje estadounidense en un plató de grabación.
Dirigida por Matt Johnson, la película cuenta la historia de dos jóvenes ambiciosos del Departamento de Audiovisuales de la CIA que, cansados de investigar si Stanley Kubrick era o no comunista por rodar ¿Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú (1964), deciden tomar las riendas de la Guerra Fría desde su modesta posición de documentalistas. Su solución: ficcionar el aterrizaje en la Luna en vista de la incapacidad de la NASA de hacerlo posible.
Está rodada como un falso documental y las imágenes simulan las grabaciones caseras en 16 mm. de hace 50 años.
Comienza con un cierto tono de comedia, los protagonistas, cuando descubren que la NASA no tiene la tecnología suficiente para un viaje a la Luna, ya que serían capaces de enviar allí una nave tripulada, pero no de hacerla regresar, quieren simular la presencia norteamericana en el satélite para hacer ver al mundo que se cumple el vaticinio del fallecido presidente Kennedy, que pronosticó que EE.UU. llegaría a la Luna antes de finalizar la década de los 60. Incluso visitan el rodaje de 2001: Una odisea en el espacio, para copiar los métodos de Stanley Kubrick en su recreación de atmósferas y paisajes espaciales. Pero poco a poco va deviniendo en una intriga en la que los jóvenes se ven atrapados y que contiene una clara crítica a los métodos de los poderosos, incluídos los gobiernos, para engañar a los ciudadanos y lograr sus objetivos al precio que sea. En un momento del film, sus superiores de la CIA, les alientan a que su proyecto no falle, pues entonces tendrían que acudir al plan alternativo que tienen preparado, que no es otro que hacer estallar en vuelo el Apollo 11, culpando a los rusos de la tragedia. Como se ve, cualquier cosa, incluso el sacrificio de vidas inocentes, antes que admitir un fracaso.
Película muy interesante, de esas que tiene unas cuantos aspectos para comentar y un claro ejemplo de como se puede hacer cine de cierta calidad con pocos medios.
A día de hoy, todavía hay gente que dice que aquello fue un montaje total.
ResponderEliminarSalud Trecce.
Así es Rafa, y sobre eso satiriza la película.
EliminarBueno, lo de hacer volar una nave para echar la culpa a otros ya lo hicieron con el Maine.
ResponderEliminarEso que se sepa. Vete a saber cuántas veces más lo habrán hecho o la tendrían planeado.
Eliminar