Ernesto Sábato, comienza su novela El túnel, por el final, dándonos la clave de la historia y presentándonos en bandeja cuál va a ser su resolución. Siempre se ha considerado uno de los recursos más arriesgados, pero a la vez, es una manera de concitar la atención del espectador si ese final al que nos va a llevar la narración está envuelto por el halo del misterio y la intriga, pues nos queda saber qué es lo que ha ocurrido para llegar hasta allí.
Este es tenido por algunos como uno de los comienzos más impactantes y conocidos:
Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne; supongo que el proceso está en el recuerdo de todos y que no se necesitan mayores explicaciones sobre mi persona.
Llamadme Ismael...
ResponderEliminarO el comienzo de Cien años de soledad, con el coronel Buendía ante el pelotón de fusilamiento.
La verdad es que sí, son arranques arriesgados, pero enganchan.
Saludos.
La inspiración visitó a sus autores.
Eliminar