Cogí por los pelos el final de un debate entre dos personas (con el acompañamiento de un periodista que moderaba e introducía alguna preguntilla de cuando en cuando), sobre un asunto de plenísima actualidad y muy, pero que muy interesante para muchos de nosotros: El jurado popular.
Lo de menos, en este caso, es lo qué decían en concreto, no fue eso lo que llamó mi atención, fueron otras cosas, sobre todo, los modos.
¡Qué altura la de los intervinientes! Preparación, conocimiento, capacidad dialéctica... Todo lo que ustedes quieran y algo más.
La confrontación era dura, sin pelos en la lengua, acompañada de datos, con unas exposiciones claras y fundamentadas, sin falsas cortesías.
Dos personas cuyas opiniones y creencias sobre el asunto que debatían no podían estar más enfrentadas, allí no cabía posibilidad de poner a los dos de acuerdo, posturas de las llamadas irreconciliables y sin embargo para quien les escuchaba, el debate era de lo más enriquecedor, precísamente por las posturas dispares, porque escuchabas argumentos de uno y otro y, repito, todo ello tremendamente bien fundamentado y acompañado de una buena capacidad de oratoria, sabían hablar.
Cuando el periodista despedía el debate, me enteré de quienes eran los dos "guerreros verbales": Miguel Cid Cebrián (Presidente de la Asociación Pro Jurado) y Ernesto Pedraz Penalva (Catedrático de Derecho Procesal de la Universidad de Valladolid).
Como digo, el periodista les despedía y, tras los oportunos agradecimientos, iba a cambiar de asunto para seguir con otras cuestiones, cuando uno de ellos, el Sr. Cid, le pidió permiso para decir dos palabras: Quiero envíar un saludo a Sr. Pedraz -dijo-; a lo que el aludido respondió: Yo también deseo enviar otro al Sr. Cid, con cuya amistad me honro.
Al periodista le debió ocurrir lo que a mí y no pudo por menos que poner el colofón: Que dos personas que han debatido tan duramente y defendiendo posturas tan encontradas acaben de esta manera, con la mano tendida, es un motivo de inmensa satisfacción.
Tenían que haber oído la discusión, de veras, para saber apreciar lo que ese gesto final significaba.
Y uno no puede por menos que acordarse de toda esa basura que diáriamente nos ofrecen las televisiones, esa sarta de insultos sonrojantes, esas pontificaciones de personajillos que no saben ni hablar y, por supuesto, de cultura "na de na".
Por qué no hacen cosas como la que yo tuve el placer de escuchar, debates con temas candentes, que con una mínima promoción convocarían ante la pantalla a un buen número de televidentes, con personas preparadas, educadas y que no anduvieran con paños calientes.
Por supuesto, el debate era en la radio, no podía ser de otra manera.
Sí, me da rabia que no haya de eso y, pa una vez, habérmelo perdido. Igual es que pensaban que nadie oiría el programa... lo que está prohibido es hacer emisiones dignas por las teles y en horarios de cierta audiencia.
ResponderEliminarUn saludo
Sin duda te habría gustado, siempre se aprende cuando dos inteligencias confrontan opiniones divergentes.
EliminarHola Trecce: me hiciste sacar una sonrisa,tu lo has dicho: "el debate era en la radio". Yo tengo el gusto y el placer de evitar ver la tv, veo muy poco y muy seleccionado.La radio,al menos mantiene un nivel que perdió la tv con esto de los debates a fondo,algo hay pero no se profundiza demasiado. Es verdad que son dos medios distintos,pero la tv cayó en la basura y ¡ojo! que la tv1 y 2 me parecen que tienen programas muy buenos(si no lo estropean estos de ahora).
ResponderEliminarEn cuanto a los debates pueden ser acalorados¿por qué no?, pero siempre dentro del respeto,sin descalificaciones personales.Para ser hay que ser muy educado. No es fácil. Saludos Trecce.
En efecto, Claudia, tenía que ser en la radio.
EliminarEstoy contigo, hay programas muy interesantes en alguna cadena, afortunadamente, porque si todo fuera tipo Tele 5, apaga y vámonos.
Sin duda, seguro que fue un debate muy interesante. La pena es que no abunden más. Las televisiones parecen empeñadas en entretenernos con bazofia como puede ser "Aquí hay tomate" o "La noria". Hasta los debates que se ven a veces entre políticos, sobre todo en épocas electorales, son más bien un ejemplo de ramplonería que aburre a las piedras.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy interesante, José Luis y lejos de los debates electorales que tan decepcionantes son la mayoría de las veces, no sólo porque ni ellos se creen lo que dicen, sino por la propia ausencia de ideas y por la penosa preparación de algunos de nuestros dirigentes.
EliminarA la plebe, a la masa, ese tipo de debates argumentados, de nivel, de gente cualificada y preparada no les interesa.
ResponderEliminarA la masa le interesa el griterio,el insulto, la descalificación, la bronca babariobajera y de taberna.
Por eso triunfan programas del "higadillo" como"Sálvame" o los supuestamente deportivos como "Punto y Pelota" o "Futboleros".
Decía Walter Conkrite que "bastaba con ver que tipo de televisión consume un país, para saber que tipo de sociedad tiene".
La nuestra está clarísima...
Pues entonces, estamos apañados.
EliminarLos programas de televisión son malísimos, y si ya es Tele 5 como has comentado da verdadero asco. Cualquier emisora de radio ya sea bien para entretener, oír música o informar cien veces mejor que las cadenas de televisión. En televisión hasta los debates como 59 segundos son malos. Saludos Trecce.
ResponderEliminarLos debates en la tele, incluso los que pueden resultar interesantes, a veces se acaban convirtiendo en un gallinero y no se entera uno de lo que están diciendo.
EliminarQue placer es ver a dos personas exponer argumentos y los contrarios, de forma respetuosa, y aunque no cambie ninguno de opinión, siempre aprendes algo, y los dos se van con una opinión más rica y fundamentada. Más moderada y acorde a situación real.
ResponderEliminarEn la TV eso es una quimera, en la radio un rara avis. Es más fácil, aunque no abunda tampoco, encontrarlo en pequeños blogs en internet.
Un abrazo
Es una pena, amigo.
EliminarMuchas veces nos parecen gallineros porque nadie les explica a los tertulianos que mientras que ellos oyendo a los demás desde diversos ángulos pudiendo diferenciar quien habla, al espectador o radioescucha todo le llega desde los mismos altavoces, así que cuando hablan dos o más a la vez el sonido se hace insoportable.
ResponderEliminarAl margen por supuesto de la calidad de lo que estén diciendo.
Es cierto y no sólo se hace insoportable, sino ininteligible. Al final acabas cambiando de programa porque no te enteras de nada.
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