Estamos en el Chicago de finales de los 20, con la llamada Ley Seca en vigor, las organizaciones mafiosas haciendo su agosto gracias a ella (a saltarse la ley, se entiende) y dos hombres que pugnan por el control de tan lucrativo negocio en la ciudad, Al Capone (Jason Robards) y George Clarence 'Bugs' Moran (Ralph Meeker). El primero controla la mayoría de los barrios de la ciudad, el segundo la zona norte, pero no se conforma con ello y se va introduciendo poco a poco en territorio de Capone.
Este no se conforma con una negociación, como le sugieren otros capos, sino que intuye que Moran desea hacerse con el negocio a toda costa, incluso pasando por encima del propio Capone, por lo que toma la decisión de golpear primero.
La película recrea los famosos hechos que tuvieron lugar el 14 de febrero de 1929, uno de los episodios más sangrientos de las luchas gansteriles y que se saldaron con la muerte de siete sicarios de la banda de Bugs Moran en un garaje de Chicago.
Nunca se supo quién había dado las órdenes de llevar a cabo la masacre, pero la versión más extendida (la que sigue el film), señala a Al Capone como cerebro de la operación.
El guión relata los hechos con una buscada pretensión documental. De forma continuada a lo largo del metraje, una voz en off nos cuenta determinados pormenores, sobre todo cuando nos va presentando a los nuevos personajes que son muchos, en la mayoría de las ocasiones con breves pero intensas apariciones.
Con ello consigue, aparte del cometido principal, que es contar parte de lo que sucede e incluso los pensamientos de los personajes, interponer una cierta distancia entre el espectador y los protagonistas. El realizador no se pone en ningún momento de parte de los criminales, ni trata de humanizarlos, nos muestra a personas duras, sin sentimientos, amorales y si nos induce a cierta piedad hacia alguno, estos son gentes que se ven obligadas a intervenir o que están en trance de abandonar aquel mundo de delicuentes.
Los actores desarrollan sus papeles de modo convincente, con una gran actuación de Jason Robards, si bien hay que reconocer que físicamente no da el tipo que todos conocemos de Capone, pero él, su papel lo hace muy bien.
Magnífica ambientación, con un vestuario muy cuidado, algunos recursos formales imaginativos y, para los fans, un buen desfile de modelos de coches de época y no digamos de armas.
La película tiene escenas muy violentas, como no podía ser de otro modo y una muestra concisa y eficaz de lo que eran las luchas entre bandas rivales y la crueldad de sus miembros y de sus métodos.
Para la reconstrucción de la escena cumbre del film, la matanza del garaje, se estudiaron y recrearon (bastante fielmente, por cierto) las fotos de los hechos publicadas en la prensa del día siguiente.
Roger Corman, un realizador que hizo sobre todo películas de bajo presupuesto, contó en esta ocasión con bastante más dinero del habitual. El resultado es una obra adelantada a su tiempo y un buen ejemplo de que con dinero, talento y conocimientos, salen cosas más que dignas.
Muy buena película. Esta película es de esas que aunque la hayas visto hace mucho tiempo no se olvida, y ya no solo por la escena de la masacre del garaje, sino porque el film en sí goza de una gran trama. Saludos Trecce.
ResponderEliminarEn efecto, Rafa, es de las que quedan en el recuerdo.
EliminarSobre Al Capone, que recuerde Richard Wilson hizo otra a finales de los cincuenta y ésta que trata Trecce del gran Corman. Preparando una entrada para el blog he revisitado The Rise and Fall of Legs Diamond (La ley del hampa) de Budd Boetticher, con Ray Danton como actor recordado en ¿Sabe usted quién era? al cumplirse 20 años de su muerte.
ResponderEliminarAunque Jason Robards no da el tipo de Al Capone, hace un estupendo trabajo, de sus mejores interpretaciones, sobre todo esos ataques de ira que, al parecer, eran característicos del mafioso.
EliminarNo suelo seguir las de gangsters, no me gusta el género, pero salvo tres: la de "Una Historia del Bronx" porque es un punto de vista muy diferente, "Los intocables de Elliot Ness" y "El Ojo Público" de Joe Pesci, esas me gustaron (fíjate que las de El Padrino ni las he visto, salvo retazos)
ResponderEliminarSaludos
A mí El Padrino, me encanta. Antes de verlas, lei la novela de Puzzo, que es una maravilla.
EliminarUna película que vi hace tiempo, que al principio de la película me parecía una macana y me dejó al final satisfecho, me gustó y la volvería a ver.
ResponderEliminarLa masacre ordenada por Acapones contra 7 miembros de una banda rival y su trama da imagen de la violencia de aquellos años hace que la película además sea entretenida.
Saludos.
A veces hay que saber dar con la tecla y a mí me parece que está bien contada.
EliminarJason Robards está bien, aunque la película no es de las que quedan en el recuerdo de manera imborrable, y eso que es de las mejores de Roger Corman, un director de serie B, injustamente infravolarado.
ResponderEliminarRoger Corman, tuvo dinero para hacer esta peli, si hubiera ocurrido más veces, quizá hubiera hecho más pelis de cierto nivel.
Eliminar