Supongo que Kubrick tenía ganas de dar su particular versión sobre el conflicto vietnamita, pues aunque su postura ante la guerra y los militares había quedado clara con Senderos de Gloria, esta guerra supuso tal fractura social en EE.UU. que no podía dejar pasar la ocasión.
Supongo también que ante las películas que se iban sucediendo, algunas de ellas de profundo calado y gran calidad con esta temática, decidió esperar el momento y mientras tanto, para delicia de muchos, nos regaló El resplandor, como para que los simples mortales fuéramos pasando el rato.
Así que cuando lo creyó oportuno, cogió la novela de Gustav Hasford (que también colaboró en el guión) y nos legó esta magnífica peli que por más que la veas siempre te arranca alguna sonrisa, entretiene y, sobre todo, te hace pensar sobre un asunto tan tremendo como es la guerra.
Al igual que el libro, la peli está dividida en dos partes claramente marcadas: El periodo de instrucción y la guerra en sí.
Algunos (no pocos) hacen notar su preferencia por la primera parte del film, como digo siempre, no voy a ser yo quien llame al orden, cada cual tiene sus gustos.
Es claro que la primera mitad es mucho más efectista, más original y más impactante, cuando el tiempo transcurre es lo que queda en nuestro recuerdo, así que evidentemente algo tendrá cuando es así. Pero la segunda mitad no desmerece en absoluto, lo que ocurre es que resulta más convencional mirada en conjunto, por más que Kubrick nos de una visión de Vietnam algo particular, centrándose en conflictos urbanos y no en la selva, por ejemplo y poniendo el acento en las personas más que en el conjunto del ejército. Pero como digo, películas de guerra con escenas bélicas hay muchas y hay que reconocer que lo que hace diferente a este film es el tiempo que transcurre en el campo de entrenamiento.
Ahí, una vez más, Kubrick nos enseña lo que opina de los métodos militares, los pone en solfa y los ridiculiza al tiempo que nos muestra el choque que supone para estos hombres que acaban de llegar allí. Van a sufrir un buen lavado de cerebro, todo rasgo de humanidad se verá relegado por el fin primordial: Convertirse en máquinas de matar. Sólo que el objetivo, en lo que al recluta Patoso se refiere (buena interpretación interpretación de Vincent D'Onofrio), se consigue antes de lo previsto.
Si nos damos cuenta, todo este segmento del film transcurre sin apenas diálogos, todo son voces, monólogos del sargento Hartmann (¿por qué no fue nominado como mejor secundario aquel año R. Lee Ermey?), cánticos típicos de marine para la instrucción e imágenes, muchas imágenes que nos van mostrando las características de cada personaje y el cambio que se va operando en ellos.
Es esta, también, la película de las frases, muchas de ellas tomadas del libro, son muchas las que hay, de esas que se citan en los libros de frases de cine y algunos diálogos que rayan a gran altura, en ocasiones intercambios ingeniosos entre Bufón y algún otro personaje y que nos dan pie a la reflexión o son directamente chanzas e ironías para ridiculizar al estamento militar.
La segunda parte del film, como queda dicho es menos efectista, pero no menos descarnada. El descontrol, la aparición del instinto primitivo entre los combatientes, el afán de supervivencia como principal objetivo, la crueldad, la muerte, todo eso va quedando patente y también la perplejidad de los soldados norteamericanos al descubrir que la población no les quiere, ellos que había ido convencidos de que iban a ayudarles, a luchar por su libertad, se encuentran con el odio palpable en una guerra cuyo objetivo último han dejado de intentar comprender.
La banda sonora no es nada del otro mundo en el aspecto creativo, sin embargo recopila algunas maravillosas canciones de los 60, Wooly Bully, de Sam the Sham & the Pharaohs, también suena Nancy Sinatra, The Dixie Cups...
Desde luego, yo nunca dudo en recomendarla, de nuevo el maestro Kubrick nos deja otro film para la historia, de los que marcan época y, encima, a casi todo el mundo que la ve, le gusta.
Dirigiéndola quien la dirige, es obvio que tiene unos cuantos planos destacables, podría enumerar unos cuantos, pero me quedo con el principio y el final. El plano del comienzo, en el que les están rapando es toda una alegoría del cambio que se va operar en la personalidad de los jóvenes.
Al final, se ve a un pelotón de soldados avanzando desplegado, con una magnífica iluminación en tonos cálidos, de noche, con los edificios incendiados alrededor y van cantando una canción infantil (Mickey Mouse song). A pesar de haber visto la muerte de cerca, el miedo está presente, como cuando somos niños.
Estoy de acuerdo contigo. La primera parte de la película es mejor e incluso como comentas con escenas cómicas. El resto bien, pero tampoco aporta grandes novedades, quizás porque de las películas del Vietnam y de todas las guerras llevadas a cabo por los americanos nos han vendido demasiado. Saludos Trecce.
ResponderEliminarA mí me gusta toda ella, yo pienso que, como digo en la entrada, la primera mitad es más efectista y, sobre todo, más original.
ResponderEliminarLa segunda parte es sin duda una consecuencia de todo lo que pasa en la primera, por lo tanto es más previsible. Sin embargo es imprescindible para la obra, porque enseña perfectamente que a pesar de que parece que todo lo que les pasa en la instrucción podría estar justificado para un fin mayor en el caso de entrar en combate. Ni están preparados, ni les ha hecho mejores soldados o personas.
ResponderEliminarLa guerra es horrible, te preparen o no, y no me vendas ningún otro cuento, es la conclusión de la segunda parte.
Además permite la recreación de escenas memorables por lo novedoso en sus ángulos de filmación y por la iluminación, que confunde aún más que el propio sinsentido de muchas de las cosas que pasan (es una guerra)
Para mi un peliculón de principio a fin, del no siempre suficientemente valorado kubrick, maestro de muchos de los que hoy se consideran directores vanguardistas.
Gracias por la recomendación. Un abrazo
He estado repasando algunos planos de la segunda parte de la peli y los hay maravillosos, los de la estancia en Danang y algunos con las tropas desplegadas, muy buenos.
ResponderEliminarIncumplió el maestro Kubrick una de sus máximas ; No volver sobre un tema ya tratado en la pantalla. 3o años separan Senderos.. de ésta. Kubrick ofrece la visión más pesimista sobre el hombre de toda su filmografía. Insiste en el predomínio del rango y la disciplina sobre la razón y la inteligencia. Ese es el supremo pensamiento en las dos películas remarcadas en El Dardo por Trecce.
ResponderEliminarUna gran peli, Manuel.
ResponderEliminarMe gustó pero a ratos me desagradó también por exceso de efectimos y por lo que me parecieron pérdidas del motor de la narración. Pero tu análisis es impecable.
ResponderEliminarSaludos blogueros
La peli, a vece, caricaturiza las situaciones, eso es cierto.
ResponderEliminarEn mi opinión una de las más grandes de Kubrick, junto a 2001: Una odisea en el espacio o El Resplandor (mi favorita)
ResponderEliminarMe encanta esta película.
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