martes, 7 de junio de 2011

SENDEROS DE GLORIA

Hay temas que no gustan, que no gustan a los de siempre, claro, a los que detentan el poder, a los madamases.
Ellos pretenden que vivamos en un mundo feliz y que, a la vez, les salga barato, porque lo gordo del gasto lo necesitan para ellos.
Senderos de gloria es uno de esos films que meten el dedo en una herida y hurgan en ella. Esas cosas molestan y solamente la fuerza de voluntad de algunas personas que casi se lo toman como algo personal, hace que salgan adelante.
El guión fue rechado una y otra vez por productoras distintas, se dice que el propio Kirk Douglas movió sus influencias tras leer el guión.
Al final, Kubrick logra que la United Artist le conceda un presupuesto que tampoco era nada del otro mundo, pero se lo dio, cosa que otros le negaron y se vino con los bártulos a Europa, concretamente a Alemania (por supuesto, Francia estaba descartada), para llevar adelante el rodaje.



Los problemas continuaron después, la proyección en Bruselas en 1958, originó incidentes de cierta importancia, las asociaciones de excombatientes francesas y belgas, se mostraron indignadas con la imagen que se ofrecía de los combatientes galos. Ante las presiones diplomáticas, las proyecciones se suspendieron y entonces se produjo la reacción de las organizaciones antimilitaristas. Ya está el lío armado.



El caso es que en Francia, no se estrenó hasta 1975; en los oscars, se la ignoró totalmente y en nuestro país hubo que esperar hasta los años 80 para poder verla.



La película es uno de los mejores alegatos antimilitaristas que se han hecho jamás, basado en un gran guión que adapta la novela de Humphrey Cobb y en el que participó el propio Kubrick.
Pero no se queda sólo en eso, porque tomando como excusa el ejército, la película hace una crítica agria contra cualquier estamento estructurado, en el que los que mandan emplean a sus subordinados como meros peones para su medro personal.



Las imágenes nos presentan un retrato de los altos mandos en el que vemos a unos estrategas de salón preocupados por los compromisos sociales y políticos, por quedar bien con los invitados a sus fiestas, viviendo en lujosos palacios, con sus pulcros uniformes llenos de medallas y dispuestos a cambiar vidas de otros por una prebenda.
Y en la otra cara de la moneda, la tropa, ganadería dispuesta para el sacrificio, viviendo en condiciones insalubres, agazapados en sus agujeros sin asomar la cabeza para que no se la vuelen y sometidos a todo tipo de abusos por sus mandos que les tratan con desconsideración. Lo de carne de cañón cobra aquí plena validez.



La historia que nos cuenta se basa en hechos reales: Durante la I Guerra Mundial y como consecuencia del fracaso estrepitoso de un ataque erróneo y mal planeado, el general francés Deletoile hizo fusilar a cinco hombres de la 5ª Compañía del Regimiento 63 (en algún lugar he visto citada la Brigada 119 de infantería) acusados de cobardía como castigo ejemplar para sus tropas. Este caso no fue un hecho aislado, hubo más insubordinaciones durante el conflicto, las tropas se negaban a atacar en busca de una muerte segura y estaban dispuestas solamente a defender sus posiciones, lo que ocurre es que en los casos en que hubo castigo, se fusiló a los cabecillas y en la peli, Kubrick riza el rizo y hace que los culpables sean elegidos por sorteo. Entre otros casos, es conocido el de la 10ª compañía del Batallón nº 8 del Regimiento Mixto de Tiradores Argelinos que fue diezmada en Zilebeke (Bélgica) el 15 de diciembre de 1914, por haberse negado a atacar, una práctica que nos retrotrae a las legiones romanas, en las que diezmar consistía en dar muerte a uno de cada diez legionarios como medida disciplinaria.



En el film de Kubrick se ordena al Regimiento 701 tomar la Colina del Mosquito, considerada inexpugnable y vemos como un general convence a otro de hacerlo a cambio de un ascenso, las vidas de los hombres poco importan, hasta el punto de que se ponen a calcular las bajas fríamente.
A estos hombres sin escrupulos, se contrapone la figura del Coronel Dax (Kirk Douglas), que sin ser un dechado de virtudes, al menos, trata de ser justo y muestra respeto por los derechos de los soldados, sobre todo el derecho más preciado que todos tenemos, el de la vida.
El asalto, por supuesto, es un fracaso, y el general Mirbeau (George Macready) coge un berrinche tremendo y hace responsables del fracaso a sus hombres a los que acusa de cobardía, escudándose en que no se produjo el número de bajas considerado como razonable. Tras la pantomima de consejo de guerra, los acusados son condenados a muerte, siendo memorable la escena del fusilamiento en la que uno de los reos, herido, es trasladado en camilla que es puesta en posición vertical para poder cumplir la sentencia.



La peli es un prodigio de técnica, con unos planos en travelling de las trincheras que recorre la cámara de un lado para otro, que son fantásticos.
Un film ausente de toda épica y que nos viene a decir que en una guerra no hay vencedores, ni vencidos, porque todos son perdedores.
Y una frase entre las muchísimas que podría poner aquí, la que pronuncia el General Mirbeau dirigiéndose al Coronel Dax sobre el fusilamiento que acaba de llevarse a cabo: Sus hombres han muerto muy bien.
Y es que, como dijo Thomas Gray: Los senderos de la gloria no conducen sino a la tumba.


9 comentarios:

  1. Hola Trecce también la he visto, pero para serte sincero no me acuerdo de nada. Joder tío eres un fenómeno hablando del celuloide. No serás critico de cine. Saludos y sigue dańdonos lecciones del Séptimo Arte.

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  2. Y ese final irónico. La muchacha alemana, obligada a cantar una balada sentimental. Es en ella donde Dax alberga alguna esperanza en el género humano. Kubrick no repetirá un final, relativamente esperanzador, en ninguna de sus posteriores películas. Amigo Trecce, un secreto: Kubrick es mi director. El que he estudiado a fondo desde todos los ángulos. Los géneros, cuando pasó Kubrick por ellos, ya no fueron lo mismo. Único y grande.

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  3. Rafa, soy un simple espectador, nada más, aunque no lo creas.

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  4. El final es sublime, Manuel, con esa tropa dura, verdaderos energúmenos que se enternecen ante una cación cuya letra no entienden, pero les da igual, a los pobres les une su desgracia, igual que a los ricos les une su vida regalada.
    En cuanto a lo de que Kubrick es su preferido, por algo le llamaban sus amigos lolokubrick.

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  5. Es verdad, esos travellings por entre las trincheras, marca de la casa, son excepcionales, y más para el año de la peli. Saludos blogueros

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  6. Es una obra maestra, y como tu bien señalas, el mejor,más profundo y memorable alegato antibelicista de la historia del cine.
    Es una de las dos colaboraciones Kubrick-Douglas; la otra es "Espartaco".
    Al final, las relaciones entre los dos quedaron bastante maltrechas.

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  7. Al recordar esta peli siempre me viene a la mente el arranque con ese "baile" de generales: un plano secuencia con coreografía incluido, donde los generales discuten.

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  8. Consigue, tan sólo a través de imágenes, transmitir esa desigualdad que quiere denunciar.

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