viernes, 18 de enero de 2013

BAILAR EN LA OSCURIDAD

Selma Jezkova (Björk), inmigrante checa y madre soltera vive con Gene, su hijo de diez años. Sus vecinos y, a la vez, caseros, un policía local y su mujer se han preocupado de Selma y su hijo desde que llegaron a los Estados Unidos. Selma trabaja en una fábrica troquelando fregaderos de acero inoxidable. Una enfermedad hereditaria está dejando a Selma sin vista, aunque ella lo guarda en secreto, y está decidida a ahorrar todo el dinero necesario para asegurarle a su hijo una operación antes de que sufra el mismo mal, algo a lo que está abocado y de lo que Selma se siente culpable por haberle traído al mundo sabiendo que podía ocurrirle. Cada día de cobro, añade más dinero al fondo de Gene, guardándolo en un lugar secreto. Por las noches Selma y su amiga Kathy (Catherine Deneuve) preparan una producción amateur del musical "Sonrisas y lágrimas".
 
 
Kathy sospecha que la vista de Selma está mucho peor de lo que parece y se sorprende cuando ve que su amiga se las ha arreglado para pasar la prueba de visión que le permite continuar en el trabajo. De hecho, Selma ha repetido la tabla tal y como la tenía en su memoria. En realidad, ve muy poco y cada día menos. Selma tiene un admirador, Jeff (Peter Stormare), que espera pacientemente en el exterior de la fábrica deseando que algún día ésta acepte que le lleve a casa. Selma le rechaza, pero Jeff la espera a pesar de todo.

 
La historia se nos narra de manera lineal, ambientada en los años 60, durante la Guerra Fría, con una filmación en la que apreciamos algunas de las características de Von Trier: Escenas rodadas con luz solar, cámara al hombro y sin efectos tipo zoom u otros por el estilo, con lo que consigue un cierto toque de video casero; a ello se contraponen los planos de las coreografías, con una fotografía más luminosa y colorista y rodados en plan más académico, por llamarlo de algún modo. Con todo esto, aunque deja algunos momentos de singular belleza estética, cede el protagonismo a la historia que nos narra, huyendo de cualquier protagonismo del realizador y dejando que el espectador se centre en el film y no en el virtuosismo del director.

 
La peli hace muchos guiños al musical clásico, desde las películas que Kathy y Selma van a ver, en las que vemos secuencias de alguno de los grandes musicales en blanco y negro, hasta los ensayos de "Sonrisas y lágrimas" en los que ambas participan (Björk comenzó cantando piezas de este musical a los tres años), pasando por el comienzo del film, con más de tres minutos de música sin nada más en la pantalla que unas figuras caleidoscópicas, como en algunos de los musicales de los 50 y 60 (Oklahoma!, My fair lady, Al sur del Pacífico...); o la intervención de actores que habían participado en algún film de este tipo, encabezados por la propia Catherine Deneuve (Les parapluies de Cherbourg), o Joel Grey (el inolvidable maestro de ceremonias de Cabaret).

 
Björk había sido llamada por el director y guionista del film para componer la banda sonora del mismo y, ante la insistencia de este, accedió a protagonizar la película, una experiencia que ella misma calificó como emocionalmente agobiante. La interpretación que logra es sublime, practicamente toda la crítica y los aficionados en general, alaban unánimente su implicación en el papel. Björk no actua, Björk "es" Selma Jezkova y su rostro, sus gestos y la manera de ser del personaje que logra transmitirnos, son la expresión más sublime de la ternura, la inocencia y el candor.

 
Yo no conozco a la intérprete y compositora islandesa hasta el punto de poder hacer una crítica de su faceta de cantante, he leído por ahí que chilla en sus canciones, pero lo poco que he oído estos días mientras preparaba esta entrada, me ha gustado y la música del film me parece muy lograda, con canciones que están perfectamente imbricadas en la historia que se nos cuenta, y cuando canta ella, transmite el espíritu de las mismas, en alguna, como "107 steeps", está realmente espléndida y conmovedora. Toda la banda sonora, muy "new age", con predominio de las percusiones, pero, repito, creo que bastante lograda.
 
 
La peli está estructurada como en dos partes, podemos diferenciarlas, pero están íntimamente unidas. En la primera se nos presenta la vida de Selma, su día a día, los problemas que le acarrea su ceguera en ciernes, pero también sus ilusiones, ese mundo que ella se monta para huir de la triste realidad, en el que convierte en música los desagradables sonidos de la fábrica. En la segunda, el drama puro y duro toma las riendas, el mundo se le viene encima a la protagonista, en una representación viva de lo cruel que puede ser el destino con algunas personas.

 
Lars von Trier va salpicando la trama con denuncias, a veces hay que estar atento a los detalles porque están escondidas tras una simple imagen, otras son totalmente obvias, pero en algún caso se nos pueden escapar. Desde luego, más que evidente, su ataque al consumismo, al afan de dinero, a la insolidaridad en la que vive nuestro mundo occidental. Clara también la diatriba contra la sociedad estadounidense (y por extensión contra el resto del mundo desarrollado), con su prevención (cuando no directamente odio) hacia los inmigrantes, su cerrazón contra otras ideas (Selma es tachada de comunista, simplemente por decir que también hay cosas buenas en compartir).
Hay que señalar que no toda la crítica la vio con buenos ojos, algunos la han tachado de pretenciosa, pesimista, manipuladora, desordenada, incoherente, incluso de pornografía de las emociones.

 
Yo creo que es un gran film, una peli desgarradora, polémica, de difícil encasillamiento, que no busca complacer al espectador, todo lo contrario, es toda una bofetada a nuestras dormidas conciencias. Claro que para eso, hay que tenerla (la conciencia).
Aviso a los que no estén para emociones fuertes o finales tristes: La última escena es tremenda, demoledora.
Un consejo, si se me permite la presunción, no se dejen llevar por el hecho de que les gusten o no los musicales a la hora de plantearse verla, en primer lugar porque no es un musical al uso, en segundo porque las canciones (que no son muchas), están integradas en la trama y contribuyen a la narración y en tercer lugar, porque lo importante aquí, lo que de verdad va a hacer que amemos u odiemos esta peli es lo que nos cuenta, la historia emotiva y desgarradora de Selma Jezkova.
Von Trier nos deja un film originalísimo, muy personal y, por momentos, deslumbrante.

 
 
 

8 comentarios:

  1. No la he visto, pero por lo que cuentas el final es muy dramático. Así que para gente muy sensible o que ande algo "depre", como llevo ya ya no me acuerdo desde cuando, creo que no será muy recomendable.

    Saludos.

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    1. La película es muy dura, como lo es la vida en algunas ocasiones.

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  2. No conocía la faceta de actriz de la cantante. Excelente crónica.

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    1. Primera y única peli de Björk (salvo algún trabajillo menor). Ella dijo que no volvería a repetir tras esta experiencia y la ha cumplido.
      Su interpretación es sobrecogedora, está realmente impresionante.

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  3. Siempre me ha atraido la película, Trecce, pero no me he animado, precisamente por esa dureza un tanto turbia que nos presentas. Es como si uno esperara un momento apropiado que nunca acaba de llegar pero que, tal vez, tu espléndida reseña precipite. Saludos.

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    1. Para dureza turbia la de los telediarios, por eso yo tampoco los veo.
      Un saludo, Arturo.

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  4. Estoy con Trecce, una gran película. Von Trier, cuya filmografía es irregular, aquí lo tenemos inspirado y rompedor.

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    1. De acuerdo, Manuel.
      Es más, probablemente gente que haya visto alguna de sus pelis y esté preguntándose de dónde le viene la fama a este hombre, seguramente es que no ha visto este film.

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