viernes, 11 de enero de 2013

ON CONNAIT LA CHANSON










La historia se centra alrededor de dos hermanas, Camille (Agnès Jaoui) y Odile Lalande (Sabine Azéma), y sus distintas parejas, que a su vez se interrelacionan. Camille es guía turística en París, actividad que compagina con sus estudios de Historia, para cuya finalización está a punto de presentar su tesis. Sufre de depresión y la muestra cada vez más conforme avanza el film. La pretenden dos hombres: Alguien a quien ha conocido por casualidad en una de sus visitas guiadas, Simon (André Dussollier), una persona ya madura y que la comprende en sus actividades; y su novio, Marc Duveyrier (Lambert Wilson) de su misma o parecida edad, pero esencialmente mujeriego, mentiroso y tramposo.
Odile es la hermana casada con un matrimonio en crisis, que se preocupa por su hermana y su trabajo. A su casa llega un viejo pretendiente, Nicolás (Jean Pierre Bacri), cuyo matrimonio también está en crisis.
 
Alain Resnais toma un patrón que reconocemos de otros filmes suyos, en el que hace interrelacionarse a los personajes para complicar (en el buen sentido) un poco la historia. Simón trabaja para Marc en una inmobiliaria y le busca apartamento a Nicolás. Además el esposo de Odile también tiene una amante y está pesando en dejar a su mujer.

 
Como digo, es una constante en algunas de las películas de Resnais, esta múltiple interconexión entre los personajes, pero aquí trata de involucrar al público a través de las canciones, ya que introduce cortes de canciones que son muy conocidad en Francia, canciones que han sonado a lo largo del siglo XX y que pone en boca de los personajes, pero respetando el sonido original, un efecto buscadamente artificial.
Tiene un problema y es que, a nosotros, muchas de estas canciones no nos dicen nada, porque no las conocemos, no se trata de los grandes éxitos de la canción francesa, sino de otros temas que para el público francés forman parte de sus propios recuerdos y vivencias, lo que enriquece la relación con el espectador.
Es imposible, para nosotros, no relacionarla con "El otro lado de la cama", de Emilio Martínez-Lázaro, que yo creo que está incluso más conseguida en cuanto a la utilización de las canciones se refiere, pero la idea es de Resnais, él llegó primero.

 
El director aprovecha para ironizar sobre algunos aspectos de la vida que nos rodea: La erudición de los universitarios (el empleado de una inmobiliaria, pone en más de un compromiso a la guía turística, toda una historiadora), la superioridad de los ejecutivos empresariales (Marc, que dirige la inmmobiliaria, a la hora de la verdad es más torpe que sus empleados), los objetivos de ventas, aún a costa de engañar al cliente (Marc le vende un apartamento a Odile, su futura cuñada, cuyas vistas quedarán tapadas por nuevas construcciones de las que no le ha advertido)...
El problema de Resnais y sus experimentos (las canciones, en este caso), es que una vez que ha pasado el primer impacto, pueden cansar un poquito.

 
Resnais nos regala algunos detalles, dirigidos a espectadores versados en su cine y, por tanto, algo pedantes, como la medusa que aparece en algunas escenas del final o el insecto hoja (Phyllium bioculatum), que quieren significar las falsas apariencias.
A pesar de todo, tenemos ante nosotros un película entretenida, deliciosa incluso, con buenas interpretaciones y en la que el juego intelectual de Resnais es mucho más fácil de seguir por parte del espectador que en otras cintas del mismo autor.

 
 
 

4 comentarios:

  1. No la he visto: además para serte franco no me suena ni por asomo. Bueno lo de franco lo tenía que haber entrecomillado; "Dios nos libre".

    Saludos Trecce.

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    1. Tampoco queda mal lo de franco teniendo en cuenta que la peli es francesa.

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  2. No la he visto. Me parece interesante el tema.

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    1. Está bien, pero vamos que tampoco es para tirar cohetes, creo yo.

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