Cáit (Catherine Clinch) es una reservada niña de nueve años que está desatendida por parte de su pobre, disfuncional y demasiado numerosa familia. Se enfrenta en silencio con dificultades en la escuela y en casa, y ha aprendido a pasar desapercibida para cuantos la rodean. Cuando llega el verano y se acerca la fecha del parto de su madre, Cáit es enviada a vivir con unos parientes lejanos, Seán (Andrew Bennett) y Eibhlín Cinnsealach (Carrie Crowley), una pareja de mediana edad a los que no conoce de nada. Sin saber cuándo volverá a casa, se queda en el hogar de unos desconocidos sin más pertenencias que la ropa que lleva puesta. Poco a poco, y gracias a los cuidados de la familia Cinnsealach, Cáit realiza notables progresos y descubre una nueva forma de vivir. Pero en esta casa donde reina el afecto y no parece haber secretos, ella descubre una dolorosa verdad.
El propio realizador, Colm Bairéad, adapta un relato de la escritora irlandesa Claire Keegan, publicado originalmente en el New Yorker, una de las mecas del periodismo literario. El relato ampliado se convirtió en un libro: Foster, publicado en castellano como "Tres luces".
Hablada principalmente en gaélico irlandés, supone el debut en pantalla grande de su realizador.
Ambientada en la Irlanda rural, en 1981, Cáit crece en una familia con demasiados hijos para una pareja que a todas luces no puede ocuparse de las necesidades específicas de cada uno de ellos. Estamos ante una historia de crecimiento personal y emocional, pero sobre todo, según su realizador, una historia de amor y la importancia que su presencia o ausencia, tiene en la infancia y en el crecimiento posterior. Es una historia sencilla, absolutamente creíble, como lo son sus personajes, rodada con pulcritud técnica y encanto artístico, con algunas tomas que buscan la recreación artísticas, pero no muchas, más bien escasas y, en ocasiones, propiciadas por algún tipo de simbolismo que se desea transmitir al espectador.
El irlandés Colm Bairéad, sabe comunicar sentimientos y tocar la fibra sensible, pero lo hace a través de la historia que cuenta y sin recurrir a recursos fáciles ni sentimentalismo. Un film con mucho ternura y, al tiempo, triste, por la deriva que sabemos le espera a la vida futura de la niña y auque en absoluto es lacrimógeno, seguramente, sobre todo por su conseguido final, hará aflorar una lagrimilla a más de uno.
No la he visto todavía, pero me han dicho (tal y como señalas al final de tu entrada) que es muy impactante: de las que hacen llorar hasta al acomodador.
ResponderEliminarPues sí, la verdad es que resulta muy emotiva, pero yo creo que lo hace sin buscar el camino facilón.
EliminarHola Trecce!
ResponderEliminarHa tenido un muy buen recibimiento y por lo que comentas se lo tiene mas que merecido.
Pues otra que me anoto, la lista sigue creciendo...jeje
Saludos!
Esto no tiene fin.
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