Melville Farr (Dirk Bogarde) es un prestigioso abogado inglés felizmente casado con Laura (Sylvia Syms). Sin embargo, detrás de su apariencia conservadora se esconde un homosexual que ha tenido un escarceo con un joven llamado Boy Barrett (Peter McEnery), a pesar de que le había prometido a su mujer que esa etapa de su vida ya estaba superada. El abogado se verá envuelto en un caso de chantaje, pues un hombre tiene fotos de él con el joven que, para proteger a Farr, ha estado robando dinero a la empresa en que trabaja a fin de pagar lo que le piden para no dar publicidad a las fotos. El joven es detenido por el robo y acaba suicidándose en la celda de comisaría. El abogado se siente culpable por no haber atendido las llamadas de auxilio del muchacho, con el que ya había roto, aunque el chico seguía enamorado, pensando que quería chantajearle. Conocido su error y el triste final de Boy, Farr se propone descubrir y denunciar a los extorsionadores, aunque ello suponga el final de su exitosa carrera y su no menos brillante futuro.
Película muy adelantada a su tiempo, ambientada en una época en la que la homosexualidad era todavía considerada un delito que podía implicar penas de cárcel.
Es cierto que aunque en 1961 (año de la película), la policía británica tendía a ser indulgente en su tratamiento a los "delincuentes" homosexuales, no sería hasta la promulgación de la Ley de Delitos Sexuales de 1967 que la homosexualidad consentida entre hombres mayores de veintiún fue despenalizada. Incluso entonces, quedó establecida una edad de consentimiento desigual (dieciséis años para la actividad heterosexual), se aplicó solo a Inglaterra y Gales (le siguió Escocia en 1980 e Irlanda del Norte en 1982) y no se aplicó a la Marina Mercante o las Fuerzas Armadas. La Ley de Justicia Penal y Orden Público de 1994 redujo la edad de consentimiento homosexual a dieciocho años y una enmienda a la Ley de Delitos Sexuales de 2000 la redujo aún más a dieciséis, trayendo la paridad con la actividad heterosexual.
Algunas salas de cine norteamericanas se negaron a proyectar el film alegando que se pronunciaba la palabra homosexual y hubo algún actor (y actriz) que rechazó papeles en la película debido al tema que trata.
Vista hoy en día nos puede parecer increíble el impacto que causó por la forma indirecta, incluso algo oscura, en que plantea el asunto de la homosexualidad. Sin embargo, poniéndose en el momento, no cabe duda de que fue absolutamente innovadora, incluso valiente y arriesgada, siendo considerada hoy en día como una obra pionera.
Hay quien considera que el único valor de este film está en lo expuesto anteriormente y que naufraga en todo lo demás, sin embargo, yo pienso que la película tiene más cosas: Las conseguidas interpretaciones de Bogarde y Syms, sobre todo en las escenas en que aparecen ellos dos, con unos diálogos y unos gestos que muestran todo el dolor interno que ella padece por la condición de su esposo, del que está profundamente enamorada, escenas muy bien dramatizadas en que ambos dan toda una lección de interpretación. El film, además, tiene un argumento que incluye una cierta dosis de misterio e intriga que creo que Basil Dearden maneja bastante bien, pues aunque en un determinado momento del film conocemos quien es el enlace, el "correo" que los extorsionadores emplean para contactar con las víctimas y recibir los pagos, no sabemos quién está detrás de aquella trama criminal, llegando a sospechar de otros personajes hacia quienes conduce con habilidad nuestras sospechas el realizador, para no revelarse todo el misterio hasta el final.
En definitiva, una película, en efecto pionera y poco conocida, pero también con detalles que hacen que su visionado resulte de lo más interesante.
Fue una película muy valiente en su momento.
ResponderEliminarNo cabe duda.
EliminarHola.
ResponderEliminarNo la he visto, aunque me suena, la verdad, pero sin duda la buscaré.
Qué triste que en temas relacionados con la homosexualidad siempre vayamos tan atrasados en todas partes.
Muy feliz día.
Así es, Marigem, penoso y vergonzoso.
EliminarHola Trecce!
ResponderEliminarNo la he visto. Me ha parecido muy interesante lo que comentas. Que a estas alturas todavía se siga aplicando la ley e incluso la pena de muerte es algo que me pone de mal humor. Hay quien continua en lo mas oscuro de la historia.
Saludos!
Parece increíble a estas alturas, pero así continúa la cuestión en algunos lugares.
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