Detroit, año 1954. Unos delincuentes de poca monta son contratados para robar lo que creen que es un simple documento. Cuando su plan no sale como ellos esperaban, emprenden la búsqueda de quien los contrató y de averiguar cuál era el propósito final.
Los dos protagonistas (Don Cheadle y Benicio del Toro), son delincuentes de tercera, contratados, a través de un intermediario, por alguien que no conocen, para hacer un trabajo aparentemente sencillo: retener a una mujer y sus hijos, mientras el tercero de la terna, acompaña al cabeza de familia para que les entregue un documento que se guarda en la caja fuerte del dueño de la empresa en que trabaja. Las sospechas que tenían por el generoso pago que reciben por un trabajo en apariencia tan sencillo, se acentúan cuando, al frustrarse su intento, se enteran de que han puesto precio a sus cabezas. Mientras tratan de sobrevivir, comienzan a investigar por su cuenta quién está arriba de la pirámide de cuya base formaban parte.
Un film noir con enredos de por medio, giros de guión y sorpresas que no son tan sorprendentes, para una historia que nos habla de corrupción de las grandes corporaciones para quienes lo más importante (quizá lo único), es la cuenta de resultados, los beneficios empresariales, todo lo demás, incluídas las personas, está en segundo plano y solo les interesa si les reporta algún dividendo.
En su camino se cruzan estos dos tipos, unos don nadie, pero que saben desenvolverse en el mundo del hampa, aunque hasta cuando creen que ellos manejan la situación, en realidad están a expensas de lo que decidan los poderosos que siempre tendrán la última palabra y serán los que decidan si viven o mueren.
La película resulta entretenida, pero sin llegar al nivel de otros títulos, algunos míticos, en los que se nos habla de delincuentes que juegan al gato y al ratón con sus patrocinadores mientras tratan de sacar tajada en forma de dinero, jugándose en ello la vida.
Hola Trecce!
ResponderEliminarMe resulto correcta y entretenida. La presencia de Del Toro sube la cotización, me fascina este actor. Por cierto, ¿no te pareció que hay un uso excesivo del gran angular?
Saludos!
Al parecer Soderbergh quería darle un aire a las películas de la época en que está ambientada y utilizó el gran angular, para después corregirlo en estudio, porque parece que así conseguía el efecto deseado.
EliminarEn fin, experimentos de los que no puedo hablar porque mis conocimientos no llegan a tanto.
Por más convincentes que sean los actores o la puesta en escena, resulta complicado emular hoy día el glamur del Hollywood clásico.
ResponderEliminarNo es lo mismo, claro.
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