Poco antes de la guerra Civil Española (1936-1939), un grupo de amigos falangistas sueñan con una revolución que transforme España y se dedican a difundir sus ideas entre la población. Al estallar la guerra, uno de ellos, Juan López (Adolfo Marsillach), que abandonó su pueblo de La Mancha para estudiar en Madrid, está a punto de morir tras ser fusilado, pero milagrosamente logra escapar y salva la vida gracias a los cuidados recibidos por una mujer que vive con un miliciano. A continuación, se une al bando nacional, tras pasarse en la zona de Guadarrama. Al terminar la contienda, Mencía (Jesús Puente), un viejo camarada lo anima a participar en una operación para acabar con los maquis de Asturias. Aunque ya está casado y tiene hijos, acepta la propuesta; se infiltra en una partida de maquis comandada por Dóriga (Carlos Casaravilla) y los convence de que les proporcionará armas para seguir luchando.
Inspirada en la obra homónima del periodista y escritor Emilio Romero, galardonada con el Premio Planeta 1957.
Dirigida por León Klimovsky, cuenta en el reparto con algunos nombres muy conocidos del cine español de la época (además de los citados Marsillach, Casaravilla y Puente, están Concha Velasco, Carmen de Lirio, Manolo Zarzo, Tomás Blanco o Manuel Alexandre, entre otros, bien es cierto que algunos con papeles meramente testimoniales).
No puedo pronunciarme sobre la adaptación de la novela, sí que el guión estuvo supervisado por Emilio Romero, como consta en los títulos de crédito y que tuvieron problemas con la censura, algo, por otra parte, habitual con cualquier película que tratara asuntos relacionados con la Guerra Civil.
Es complicado para un espectador español separar lo puramente cinematográfico de lo histórico en este tipo de films, al menos a mí me resulta difícil.
Si obviamos esto último, el film tiene como dos partes, en una contemplamos la actividad política previa a la guerra, junto a la situación social que se vivía, con las posiciones muy radicalizadas y enfrentamientos ideológicos que acababan dirimiéndose con las pistolas, para sumergirnos en el conflicto bélico, pasaje para el Klimovsky echa mano de muchas imágenes documentales.
Después, el film cambia un poco de tono y nos lleva a un argumento que mezcla la aventura con el cine de espionaje, algo de suspense, una fuga carcelaria y unas escenas melodramáticas con Concha Velasco convertida en chica de alterne forzada por la situación adversa de haber sido amante de un militar republicano muerto en el conflicto.
La verdad es que, en general, no me ha parecido muy conseguido y Marsillach no da el tipo para el papel que le toca.
Por lo demás, el mensaje de reconciliación, suena más falso que las promesas de un político en campaña y el argumento, un tanto forzado y no demasiado creíble, convirtiéndose en un producto que parece fuera de tiempo, con un furibundo mensaje anticomunista, cuando España ya estaba comenzando el camino de lo que sería conocido como el desarrollismo.
¡Hola, Trecce!
ResponderEliminarLas guerras han de ser horribles, pero creo que mucho más aquella que se libra entre conciudadanos. NO habría en quien confiar, el enemigo podría estar en cualquier parte. Sería maravilloso que eso no se repitiera, que no existan las guerras.
Respecto del film, no es fácil realizar películas con ese tipo de temas, sobre todo cuando muchos de quienes van a observarla han estado, de alguna manera, involucrados o con secuelas de los acontecimiento.
Feliz agosto.
La guerra es la más descarnada expresión de la barbarie humana, una vergüenza para nuestra especie.
EliminarHola Trecce!
ResponderEliminarOtro titulo de que desconocía, desde luego que no es fácil ponerse al día (tarea mas que complicada...) con el cine, la verdad que nunca pense que hubiese una producción española tan abundante. Estoy de acuerdo, son peliculas que casi siempre destilan mensaje, bueno, podríamos decir que siempre, pero en todo caso también se trata de documentos sociológicos, evidentemente con toda la carga propagandística por supuesto.
Saludos!
Y eso que no todas se encuentran fácilmente, de lo contrario, más tarea que tendríamos.
EliminarRecuerdo que a mí tampoco me acabó de convencer cuando la vi hace cuatro o cinco años. De todos modos, ni la novela en que se basa ni su autor (el inefable Emilio Romero) son nada del otro jueves.
ResponderEliminarBastante mediocre.
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