Raquel (Deborah Secco) es una joven de 18 años que vive en São Paulo y estudia en una escuela tradicional de la ciudad. Un día toma una decisión sorprendente: se va de la casa de su acomodada familia adoptiva y decide convertirse en prostituta. Con el nombre de guerra de Bruna Surfistinha, Raquel vive varias experiencias "profesionales" y gana prominencia nacional cuando relata sus aventuras sexuales de cuatro años en el mundo de la prostitución, en un blog que luego se convirtió en libro.
El guión adapta la autobiografía de Raquel Pacheco, titulada O Doce Veneno do Scorpião: El diario de una prostituta, en la que dio su testimonio al periodista Jorge Tarquini, autor de este libro, y del segundo, O que Aprendi com Bruna Surfistinha , que alcanzó, como el primero, el rango de best seller en Brasil.
Se acusa desde algún sector a la película de banalizar la prostitución. Yo creo que lo que ocurre es que no trata de ser moralizante, simplemente relata una realidad que, por cierto, puede abrir los ojos a más de uno y sobre todo, a más de una. Se habla a veces de que lo que realmente corrompe este mundo es la presencia de mafias y chulos que explotan a las mujeres y que las que ejercen el oficio por libre, no tienen tantos problemas. Argumento que queda desbaratado en el film, en el que vemos a Bruna relativamente libre de hacer y deshacer, de entrar o salir del mundo de la prostitución y no por eso es menos esclava de la situación que vive. De ganar dinero, no vamos a decir fácil, pero sí que gana con cierta abundancia, incluso gestionando su propia agenda de clientes, la vemos descender a los infiernos hasta acabar trabajando en garitos de mala muerte, víctima del gasto desmesurado y, sobre todo, de su adicción a la cocaína.
Entregar tu propio cuerpo a un desconocido para sacar dinero es, como poco, desagradable y, en el peor de los casos, peligroso, muy peligroso. Nunca sabes cómo es quien entra por la puerta de tu cuarto.
Un aviso a navegantes descreídos. Tras la apariencia de dinero y de una vida por todo lo alto, está la miseria y la degradación, por más que te hagan creer lo contrario.
La película resulta entretenida por cómo está contada y tiene algunas escenas técnica y artísticamente interesantes.
Una buena obra. Es la otra cara de la prostitución, esa que nos rodea y no percibimos en nuestro entorno. Son las llamadas escorts.
ResponderEliminarExplotación y miseria bajo la fachada del lujo y el dinero.
Eliminar