Frank Sheeran (Robert De Niro) es un veterano de la Segunda Guerra Mundial (luchó en Sicilia contra los nazis bajo las órdenes del general Patton, y participó en la liberación de Dachau), estafador y sicario que trabajó con algunas de las figuras más destacadas del siglo XX. 'El irlandés', como le conocen, despiadado mafioso y asesino a sueldo, se encuentra confinado en una silla de ruedas, olvidado en un hogar de ancianos en West Chester, Pensilvania. Cansado pero aún tan silencioso como una tumba, Sheeran relata su primer asesinato crucial; sus lazos con la famosa familia Bufalino, una de las más poderosas del crimen organizado; el asesinato de John F. Kennedy; la cruzada enérgica del Fiscal General, Robert F. Kennedy contra la Cosa Nostra. Además es la crónica de uno de los grandes misterios sin resolver: la desaparición del legendario sindicalista Jimmy Hoffa (Al Pacino); al tiempo que un gran viaje por los turbios entresijos del crimen organizado; sus mecanismos internos, sus rivalidades y sus conexiones con la política.
El guión adapta el libro "I Heard You Paint Houses" ("He oido que pintas casas"), de Charles Brandt. que en España se tituló "Jimmy Hoffa. Caso cerrado" y, tras el estreno de esta película, "El Irlandés. Jimmy Hoffa. Caso cerrado". En el libro, Sheeran sugiere que el motivo principal para la ejecución de Hoffa fue la amenaza que éste había hecho de contar lo que sabía acerca de la participación de la Mafia en el asesinato de J.F. Kennedy en Dallas.
El título original del libro hace referencia a la jerga mafiosa: La primera vez que Frank 'El Irlandés' Sheeran llamó a Jimmy Hoffa estuvieron hablando sobre pintar casas y hacer trabajos de carpintería. "Me han dicho que pintas casas", le dijo Hoffa, el líder sindical más famoso de Estados Unidos, en aquella conversación telefónica. "Y también hago trabajos de carpintería", contestó 'El Irlandés'.
En el lenguaje de la mafia pintar casas es un eufemismo: la pintura es la sangre que salpica la pared después de disparar a alguien. Deshacerse de los cuerpos después de pintar una casa son los trabajos de carpintería. A esto es a lo que se dedicó Frank Sheeran para el sindicato de camioneros hasta el 30 de julio de 1975, el día que Jimmy Hoffa desapareció de la faz de la Tierra.
Hoffa se había evaporado de la noche a la mañana. El único rastro de su paradero lo encontró el FBI en su casa de veraneo. Tres palabras escritas en un taco de notas amarillo: "Russ y Frank". Hoffa sabía que alguien acabaría pintando su casa y también sabía quiénes serían los únicos que se atreverían a cruzar esa línea: Russell Bufalino (Joe Pesci), el todopoderoso padrino de la mafia de Pennsylvania, y Sheeran, su chico para todo. 'Russ' daría la orden y 'Frank' se encargaría de apretar el gatillo.
¿Otra película sobre la Mafia? Pero si ya nos lo han contado todo.
Algo así debían pensar en las productoras estadounidenses, al punto que, según cuenta Martín Scorsese, ninguna estaba dispuesta a financiar un proyecto con esta temática con él y Robert de Niro, hasta que el CEO de Netflix, Ted Sarandos, finalmente apoyó la producción con un presupuesto de 160 millones de dólares.
La película, además de la consabida historia de clan mafioso, sus ramificaciones, negocios, conexiones y todas esas cosas, plantea una historia de amistad (amistad traicionada por intereses de negocios y por pura supervivencia), de las peculiares lealtades de estos grupos criminales y de los turbios entresijos políticos, económicos y de poder que tienen establecidos con todo tipo de poderes, desde los policiales, hasta los religiosos, políticos o sindicales y también una historia de relaciones familiares tratada de forma un tanto tangencial.
Con una puesta en escena impecable, lo mismo que la realización (no esperábamos menos), el film tiene unas interpretaciones a la altura, a mí me ha gustado especialmente la de Joe Pesci, sin desmerecer, ni mucho menos, las de dos figuras consagradas como De Niro y Pacino, que realmente llevan el peso de la historia. Una narración planteada a base de flashbacks bien integrados y que en ningún momento hacen perder el hilo al espectador.
La película se hace larga (son tres horas y media), pero en ningún momento resulta aburrida.
Hola Trecce!
ResponderEliminarNo me acabo de fascinar, creo que un pequeño recorte en su metraje no le hubiera venido mal. En todo caso volvere a verla asi que pase un tiempo.
Saludos!
Es posiblemente su principal lastre, se hace un poco larga.
Eliminar