Un pueblo llamado Tonto (Nuevo Mexico) en la década de 1870. Un variopinto grupo de pasajeros viajan en una diligencia: Lucy Mallory (Louise Platt), una dama embarazada que viaja para reunirse con su marido, oficial del ejército; Dallas (Claire Trevor), una prostituta expulsada de la ciudad; Doc Boone (Thomas Mitchell), un borracho también expulsado, como Dallas, a instancias de las damas de "Liga de la Ley y el Orden"; Peacock (Donald Meek), un pardillo, buena persona, vendedor de whisky; Gatewood (Berton Churchill), un arrogante banquero. Son escoltados por un grupo de la caballería del ejército, porque hay apaches huídos de la reserva que se han levantado en armas.
Además están Hatfield (John Carradine), un jugador profesional que sigue el viaje para "proteger" a la señora Mallory, ya que había servido en el regimiento de su padre en el Ejército Confederado y un Sheriff, Curly Wilcox (George Bancroft), que pretende capturar a Ringo Kid (John Wayne), que se ha fugado de la cárcel para vengar a su hermano y que se une a la diligencia fuera de la ciudad.
En la estación de Dry Ford, no hay relevo alguno de la caballería, pero los pasajeros votan a favor de continuar el viaje sin protección. En Apache Wells, Lucy se entera de que su marido ha sido herido y se pone de parto, Dallas y Boone traen al mundo a su hijo.
Ringo y Dallas se enamoran, pero unas señales de humo impiden la fuga de Ringo. Tras vadear un río, el grupo es perseguido por los indios a través de las salinas. Hatfield está a punto de matar a Lucy para impedir que caiga en manos de los indios, pero resulta muerto en el preciso instante en que llega la caballería.
"Stagecoach" se basa en la historia de Ernest Haycox, "Stage to Lordsburg" ("La diligencia de Lordsburg") que, a su vez, se asemeja, en algunos aspectos, a la famosa historia de Guy de Maupassant Bola de sebo, que tiene lugar en Normandía durante la Guerra Franco-Prusiana de 1870.
La película lanzó a John Wayne al estrellato y dio un definitivo empujón hacia la fama a Ford, pero también es el film en el que hizo su entrada en el cine Monument Valley, ese lugar en la frontera entre Utha y Arizona, cuya majestuosa desolación salpicada de pétreos picachos, se convirtió en un elemento definitorio del Oeste que Ford imaginó.
El realizador norteamericano nos traslada a un mundo poblado de personajes más que improbables en el que habitan todos los estereotipos del western: el séptimo de caballería, los indios, la persecución de la diligencia, el tiroteo de Lordsburg, el whisky, el saloon, los forajidos y, sobre todo, la diligencia, el centro de buena parte de la película y cuyo nombre lleva la melodía principal de la estupenda banda sonora. La diligencia atravesando el desolado paisaje, en esas tomas lejanas que remarcan lo frágil y vulnerable del grupo, a merced de los peligros que acechan.
Al reunirse en el viaje, los personajes que la habitan pasan a formar parte de un microcosmos, pero aunque estén unidos por el estrecho espacio que comparten, cada uno tiene su historia, lo que permite ir pasando de un detalle a otro y dotar al film de frescura, uno de los aciertos de la película, porque cada personaje, caricatura a su vez de una forma de ser y vivir, va construyendo su propio papel en la película. Esas historias individuales permiten dotar de dinamismo a la narración y, en algunos momentos y por medio de ciertos personajes o situaciones, dan pie a Ford para deleitarnos con sus gotas de comedia que quitan un poco de tensión al drama que se vive, algunos de cuyos diálogos, hoy estarían mal vistos en algunos sectores por machistas, supongo, pero que son muy divertidos, como cuando el mexicano el encargado de la posta donde a dado a luz Mary, anuncia que su mujer india a huído y el sheriff le dice que no se preocupe, "encontrarás a otra". "Pues claro que la encontraré, lo malo es que se ha llevado mi rifle y mi yegua, nuca quise venderla, la quería mucho, le daba puros latigazos y nunca se quejaba". "¿Tú mujer?", pregunta Doc, "No, mi yegua".
Casi todos los planos, las composiciones, los emplazamientos de cámara, tienen tras de si una pequeña historia de preparación, de trabajo, de arte cinematográfico y son fruto de una determinada idea, por ejemplo, en los interiores, las habitaciones tienen techo, algo inusual en los rodajes en estudio, pero con lo que se quiere remarcar la sensación de opresión en que viven los personajes de la película.
Ya hemos señalado también como se remarca la sensación de desamparo del grupo de viajeros mediante el recurso a los planos lejanos de la diligencia en medio del gigantesco paisaje.
¿Qué decir de las miradas, los gestos, los primeros planos de algunos de los actores? Mediante ese lenguaje puramente visual, Ford consigue transmitirnos muchas sensaciones que no necesitan diálogos: El rechazo del grupo hacia Dallas, hasta que llega Ringo; la prepotencia del banquero; la ausencia de malicia y la ingenuidad de Buck (Andy Devine) o de Peacock...
La Diligencia es considerada por muchos como el punto de inicio del western moderno, Ford no se limita a un desfile de indios, vaqueros y pistoleros, nos cuenta una historia, o mejor, varias historia en una que, a su vez, ofrecen interpretaciones y lecturas al espectador; y varias escenas (la persecución, el parto de Lucy...), realmente memorables. La película es historia del cine y de ella formará parte por los siglos de los siglos.
No sé si ha entrado el comentario, pero te decía que creo que esta película es todo un icono en las películas del llamado Oeste Americano.
ResponderEliminarSalud Trecce.
Tiene asegurado un lugar en la historia del cine.
EliminarQue tal Trecce!
ResponderEliminarMagnifica la entrada y estupendo analisis de esta joya que como muy bien apuntas es historia del cine. Me estaba fijando en la foto nº 4 y en la disposición de los personajes en el plano, he contado 11 (tengo dudas si hay alguien mas al que casi no se le ve...), como bien apuntas estas composiciones no son fruto del azar. Sin desmerecer al cine actual, pero desgraciadamente apenas se ven este tipo de aspectos a la hora de componer y organizar los elementos frente a la camara.
Pues mira, hace un monton de tiempo que no la veo y creo que me la pondre este fin de semana. Ya estoy deseando ver como para la diligencia Ringo haciendo ese malabarismo con el Winchester.
Lo dicho, muy bueno el post. Saludos!
A Ford le gustaban estas apariciones como la de Ringo en esta película.
EliminarExtraordinaria película y de la que ya me había olvidado su argumento. Creo que todos los que la vimos en su momento quedamos muy gratamente afectados del buen cine de Ford.
ResponderEliminarTal como dices, esta peli pasará a la Historia del Cine como una de las mejores.
Todo un icono del séptimo arte.
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