Estamos en el 476 Anno Domini (1229 ab Urbe condita), el Imperio Romano de Occidente está próximo a su fin. Un niño, Rómulo Augústulo, con trece años, es el emperador, tras haber sobrevivido a la aniquilación de su familia.
El general germánico Wulfila lo hace prisionero y lo lleva a la isla de Capri, junto a su preceptor Ambrosino, después de que Odoacro le haya perdonado la vida. Sin embargo, no todos se han rendido a las fuerzas bárbaras. Aurelio, un soldado de la última legión romana (la Legio Nova Invicta) prácticamente borrada de la faz de la tierra por los germánicos, cumple la última voluntad de Flavio Orestes, padre de Rómulo, y parte en su búsqueda para rescatarlo. Para ello cuenta con la ayuda de Livia, una joven romana que le salva la vida tras ser derrotado en un primer intento. Ambos parten hacia el refugio donde Wulfila tiene apresados a Rómulo y Ambrosino, encontrándose en su marcha con un pequeño grupo de sus compañeros de armas que se les unen en la acción.
Entretanto, el joven Rómulo halla en la isla, en un pasaje secreto del edificio donde vive, una espada que había pertenecido a Julio César con una inscripción en celta: “Quien empuñe esta espada gobernará en Britania”. Se la entrega a Aurelio cuando por fin consiguen liberarlos y juntos inician un viaje por toda Europa huyendo de sus enemigos hasta llegar a los confines del Imperio, a Britania, el territorio de los druidas, donde se encontrarán un destino inesperado.
En realidad es una aventura ambientada en esa determinada época histórica, en la que el autor mezcla lugares y algunos hechos históricos, con un relato fruto de su imaginación.
Aunque nos da algunos datos históricos, el escritor italiano, en ningún momento nos agobia con los mismos, prefiriendo la vía de la aventura dinámica, en una novela que se lee bastante bien, aunque en algunas fases está impregnada de situaciones poco creíbles, sobre todo en algunos de sus personajes a los que dota de características casi sobrehumanas o mágicas.
Al final, une la victoria de los amigos de Rómulo y de sus aliados locales, con las leyendas artúricas, la espada de Julio César pasa a ser la mítica Excalibur y el hijo de Rómulo, el no menos mítico rey Arturo.
Tanto en esta novela, como en la trilogía sobre Alejandro Magno, V- M. Manfredi demuestra que conoce perfectamente esa parte de la historia. Y utiliza esos hechos y esos personajes para hilvanar unos sucesos, que no tienen nada que ver con la historia real, pero que muy bien podían haber sucedido en aquella lucha de supervivencia de un Imperio acosado por los bárbaros. Una novela bastante bien conseguida.
ResponderEliminarMe gustó bastante más la trilogía sobre Alejandro Magno.
EliminarMenuda paciencia tienes para soportar el tedioso discurrir de las novelas de Manfredi. Nunca he conseguido pasar de la primera parte o tercio de un libro suyo.
ResponderEliminarCreo que a este hombre se le acabó la cuerda con Alexandros.
EliminarAcabo de comprobarlo en el libro que tengo, en la espada pone
ResponderEliminar"Cai Iul Caes Ensis Caliburnus" Lo de gobernar britania no sale en el libro por ninguna parte, aunque si que hay una profecía que menciona Ambrosino (el preceptor de Rómulo) que dice que "llegará un niño con una espada a Britania"... etc.
A mi la novela me gustó bastante, de hecho en general me gusta Manfredi por la forma que tiene de mezclar historia y ficción, esta novela al igual que la de "El imperio de los dragones" siempre me han parecido las más adaptables al cine de la producción de Manfredi.... pero hay que reconocer que la adaptación de esta fue muy mala.
Tienes razón, no era la inscripción de la espada, sino la profecía que escuchó Paulino de labios de San Germán:
EliminarVeniet adulescens a mari infero cum spatha
pax et prosperitas cum illo,
aquila et draca itcrurn volabunt
Britanniae in térra lata.
(Llegará un joven del mar meridional
can una espada trayendo paz y prosperidad.
El águila y el dragón volverán a volar
sobre la gran tierra de Britania.)
Mis disculpas por el lapsus.
Es fácil liarse una cosa con la otra. Y más con la cantidad de historias que hay sobre el ciclo artúrico, hay tantas versiones que mezclarlas es muy fácil.
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