viernes, 8 de septiembre de 2017

EL MÉTODO

Siete aspirantes a un alto puesto ejecutivo se presentan a una prueba de selección de personal, para una empresa multinacional, en un rascacielos de oficinas del complejo Azca. Entre ellos, las personalidades más dispares: el triunfador, el agresivo, la insegura, el crítico, el indeciso...
Tras un laberinto de formularios, acreditaciones y demás burocracia empresarial, los siete participantes se encuentran juntos en una fría sala a la que los ha conducido una secretaria, esperando a que de comienzo el proceso de selección. Desde ese instante, y en un clima de tensa competitividad, la inseguridad de los participantes se convertirá en miedo y dudas y éstos, a su vez, en un estado de paranoia general.
Tras presentarse con recelo los unos a los otros, se preguntarán si están siendo observados por cámaras y por qué la Compañía ha infiltrado un psicólogo entre ellos. A partir de ese momento, los siete aspirantes al puesto serán sometidos a una serie de pruebas psicológicas con las que se pretende deducir cuál de ellos posee el perfil que mejor encaja con los requisitos del voraz mundo empresarial.
A lo largo de un día, los aspirantes pasarán de las bromas y el juego inocente a las agitadas discusiones y a las situaciones en las que se pondrá a prueba la personalidad de cada uno y la manera en que se relacionan con los demás. En este claustrofóbico clima de máxima desconfianza y absoluta falta de escrúpulos, se crearán alianzas, se producirán disputas, se revelarán secretos y se destaparán pasados.


El guión, de Mateo Gil, está inspirado en la obra teatral El método Grönholm de Jordi Galcerán. El autor mostró públicamente su discrepancia con la adaptación, pues según comentaba, su obra iba más enfocada hacia la comedia que hacia el drama que parece ser el tono que toma el film, aunque sea salpicado con gotas de humor.


La competición que preside nuestra sociedad, glorificada por el espíritu que imponen las multinacionales de encumbrar a los mejores y menospreciar a los más débiles, se encuentra expuesta en este film en el que un grupo de aspirantes a un único puesto disputan entre ellos. Representan estereotipos que se ven embarcados en una especie de método darwiniano para resolver quien se quedará con el premio.
Quedan patentes las estrategias empresariales de selección de personal, en ocasiones totalmente delirantes, cuando no directamente vejatorias y a las que el aspirante debe someterse para seguir adelante, llegando incluso a perder la dignidad, para , al final, en la mayoría de las ocasiones, verse excluído.


La película se apoya sobre todo en los actores, cosa lógica si se piensa que prácticamente todo el film transcurre en el interior de una habitación donde los actores interactúan. En general hacen un buen trabajo, aunque lógicamente, algunos están más brillantes que otros, pero todos ellos resultan muy conocidos del público (Pablo Echarri, Eduardo Noriega, Ernesto Alterio, Eduard Fernández, Najwa Nimri, Adriana Ozores, Carmelo Gómez y Natalia Verbeke).
Como anécdota, decirles que no hagan caso si buscan por ahí y encuentran largas explicaciones sobre el Método Grönholm y eso de que lo pusieron en práctica en el ejército alemán de entreguerras. Esa es una explicación que se da en la película, pero en realidad todo es un genial invento de Jordi Galcerán que explica que varios de los libros que había leído hablaban del método de tal, el método de cual. Así que le puso El método, y como la empresa que había inspirado esto era sueca, buscó un apellido sueco. De ahí salió Grönholm.
El guión, la verdad es que deja un tanto que desear, uno tiene la impresión de que podía haber dado mucho más de sí, porque la idea es realmente buena y creo que la película, que resulta entretenida, dicho sea de paso, podría haber dado mucho, pero que mucho más de sí.




6 comentarios:

  1. Pues hombre, con el puesto que se juegan, no es para nada de extrañar que se crearan tensiones y malos rollos. Aunque si se desarrolla casi toda la película en una sala, igual resulta un poco cansina.

    Salud Trecce.

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    1. Creo que no es ese precisamente el principal déficit de la película.

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  2. Interesante. De joven participé en algo parecido : una selección de 8 ó 10 personas para ocupar una plaza de Jefe Jurídico de una empresa.
    Nos trataron como describes : nadie de la empresa delante, conscientes de ser muy vigilados en nuestras discusiones o debates sobre un tema que los selectores nos obligaron a discutir.

    Todo muy tontorrón y aburrido y del que renuncié a los cuatros horas de iniciarlo.

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    1. De eso trata la película, los personajes se van descartando entre ellos.
      A veces los métodos de selección de personal, son, cuanto menos, peculiares.

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  3. Ese es el método de la empresa privada, pero el de las oposiciones de la pública también daría para mucho drama y comedia.

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    1. Empezando porque no son igual para todos y desde ahí en adelante habría mucho para contar y criticar.

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