Comentaba hace unos días la película de Miguel Picazo La tía tula, basada en la novela homónima de Miguel de Unamuno y los cortes que la censura franquista "propinó" a la misma.
Vaya por delante, tal y comentaba al hablar del film, que me opongo a cualquier tipo de censura, me parece un acto vergonzoso, no sólo con el creador, sino con el público, capaz por sí mismo de esquivar aquello que no le guste. Pero es lo cierto que la censura no siempre se equivoca, a veces acierta, sin querer, claro, porque la mala fe, que eso es en el fondo la censura, supone un acto de ignorancia y como buenos ignorantes, en ocasiones propician cosas que ellos no esperaban. Picazo sostuvo en alguna entrevista que la acción de la censura había dejado su película convertida en un trailer, algo con lo que no estoy de acuerdo, porque los ignorantes censores, sin pretenderlo, ni mucho menos, mejoraron algunos aspectos del film, hasta el punto de que con censura y todo, este film, tal y como quedó, está considerado como uno de los mejores del cine español de todos los tiempos.
Primero obligaron a situar la historia fuera de contexto, en un lugar indeterminado de provincias y, de todos es sabido que la descontextualización da a este tipo de historias un carácter universal que, en cierto modo, las aleja de los males del paso del tiempo y hace que no pierdan frescura con el transcurso de los años.
En cuanto al sexo, las decisiones de la censura parecen dictadas por el manual de estilo de Robert Bresson, sugerir en lugar de mostrar. Pocas películas no se ven beneficiadas con este axioma. El sexo explícito, el erotismo más chusquero, siempre sobra, como todo el cine de destape español, o clasificado S, que no ha dejado ni una sola película para el recuerdo digna de llamarse tal, no será por falta de producción precisamente.
Cortaron los fotogramas en los que se veía un cartel en el cementerio que decía (más o menos): "Lugar sagrado. Se prohíbe el paso en el cementerio a las señoras y señoritas que vayan sin medias y a las parejas que no guarden la debida compostura y moralidad." Un lema que deja bien a las claras que la represión sexual durante la dictadura era asfixiante, y sobre todo el grado de salidez de las autoridades que roza lo patológico. ¿Es fundamental en la película? Pues no. La represión sexual no hace falta explicitarla tan claramente, está implícita en toda la película, casi se respira. El cartel incluso resulta redundante.
Sin embargo, en la misma secuencia, los censores dejaron pasar algo bastante más grave, más evidente, al menos en su pacata moral. La religión cristiana considera pecado el suicidio, su sola alusión podría ser considerada herejía. Pues Picazo cuela un suicidio, con el agravante de que lo cuela dentro del cementerio, algo prohibido para los suicidas, que debían ser enterrados extramuros. Pero así era la censura, cicatera en lo oculto, en lo sugerido y generosa en lo obvio.
Se puede sostener la opinión que yo tengo de que la censura (en líneas generales) dejó intactas sus cualidades cinematográficas, o la del director que dice que se la machacaron, pero en ningún caso se puede justificar, disculpar, un acto de censura. Nadie es quien para arrogarse a decidir por el director, que tiene incluso el derecho a equivocarse, a que el espectador pueda dar cuenta de esa equivocación. La tragedia es que se destruyeron los negativos, así que no existe posibilidad alguna de rehacer el entuerto, sólo existen algunas fotos de rodaje de las secuencias censuradas.
Al final, pese a los "esfuerzos" de la censura, lo que nos queda es una obra maestra de Unamuno convertida en pieza clave del nuevo cine español.
Cosas de la dictaduras, y en este caso del franquismo, que en unas cosas se pasaban y en otras no llegaban. Yo conocí a un chaval, que se marcho a Bilbao y murió por un tiro de la policía. Y así constaba en la lápida que le colocaron en el cementerio. De esto que te digo ya era en los últimos años de la dictadura, y aún y así, las autoridades, obligaron a la familia, a que retirara la lápida.
ResponderEliminarSaludos Trecce.
Además crueles.
EliminarLo del suicidio vs el sexo es lo que se dice en la Biblia acerca de los fariseos "colaron la cascarilla y pasaron el camello"
ResponderEliminarAlgo así.
EliminarNo conozco la película, pero la novela, para mi, es la más popular de todas las que escribió Unamuno. Unamuno utilizó siempre a los personajes de sus novelas, para recrearse en sus problemas con el más allá y todo el elenco de virtudes que exigen los poderes terrenales y eclesiásticos.
ResponderEliminarQuizás la censura se pasó con la película. Pero la censura no siempre estropea una obra. A veces la mejora, por el ingenio que se derrocha a veces para eludir la censura. Ahí están esas revistas de humor que alegraron la vidad a tanta gente
Este es uno de esos casos.
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ResponderEliminarHola señor Trecce (si, sigo vivo), te recomiendo éste libro, si no lo has leído ya... quizá es el mejor libro sobre censura en España http://www.amazon.es/cine-para-cadalso-cinematogr%C3%A1fica-b2sEspa%C3%B1a/dp/8473640373
Román Gubern es toda una autoridad en la cinematografía española.
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