lunes, 30 de marzo de 2015

MACBETH

Macbeth (Orson Welles), señor de Glamis, acaba de participar en una batalla donde ha obtenido una aplastante victoria para su rey, Duncan (Erskine Sanford). Cuando atraviesa el bosque Forres junto a su amigo Banquo (Edgar Barrier) para dar cuenta al monarca del resultado de la batalla, se le aparecen tres brujas que le predicen que será rey de Escocia y que su compañero Banquo, aunque nunca llegará a reinar, será padre de reyes.
Macbeth no puede imaginar cómo va a llegar a ser rey, si el actual aún vive, aunque es cierto que desde ese instante, la idea de asesinar al monarca empieza a rondar por su cabeza.
Cuando por fin se produce la entrevista con Duncan, este agradece a Macbeth el triunfo obtenido y le entrega el señorío de Cawdor, el lugar donde se libró la pelea. Allí está también Lady Macbeth (Jeanette Nolan) que, más decidida y ambiciosa que su esposo, insta a este para que actúe contra la vida del monarca a fin de obtener la corona.
Al llegar la noche, Macbeth asesina al rey, culpando del crimen a los sirvientes del monarca. Pero los hijos de Duncan sospechan que hay algo oculto tras la muerte de su padre y huyen, mientras Macbeth consigue ser proclamado rey.
A pesar del éxito momentáneo de sus planes, a Macbeth no se le olvida que las brujas predijeron que Banquo sería padre de reyes y encarga a unos asesinos que acaben con su vida y la de su hijo cuando acudan al banquete al que les ha invitado.



Adaptación cinematográfica del conocido texto teatral de Shakespeare que lleva el mismo título.
Welles formó su propia compañía teatral para representarla y consiguió sacar adelante su proyecto cinematográfico con grandes dificultades, con un mísero presupuesto y un rodaje que apenas duró 21 días.
Todo ello se nota en ciertos apartados del film, cuya calidad y acabado se resienten.
De todas las versiones creo que es la más fiel al texto original hasta el punto de que, en ocasiones resulta demasiado teatral.


El film fue un absoluto fracaso en Norteamerica y en Inglaterra, sin embargo, en países como Francia, desde el principio no supieron explicarse por qué la crítica anglosajona también había masacrado al film en el que no supieron ver la calidad que destilaba por todos sus poros. El tiempo ha puesto las cosas en su lugar.


Y es que Welles, con todas las cortapisas presupuestarias que hemos mencionado, logra compensar la pobreza de medios, con una lección de recursos técnicos que demuestran, una vez más, la capacidad de este hombre como realizador y, en este caso, también como actor, logrando un Macbeth magistralmente interpretado, si bien es cierto que en el conjunto del film, todo el protagonismo recae sobre él, dejando un tanto de lado a otros personajes que en la obra de Shakespeare tienen más relevancia, comenzando por la propia Lady Macbeth.
De cualquier modo, estamos ante una película diferente, con un atractivo y potencia visual que se sale de los parámetros al uso.




4 comentarios:

  1. Los años que hace que la vi.

    Saludos Trecce.

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  2. Al cumplirse éste, los 100 años de su nacimiento (6 de mayo) la filmoteca catalana dedica una retrospectiva muy interesante.

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