Dimitriy (Mitko Apostolovski), es un amante del deporte y particularmente del fútbol, es el fundador y presidente del club de fútbol Macedonia de Skopje, un modestísimo equipo que primero compite en la liga del reino de Yugoslavia y acabará, en plena guerra mundial, haciendo lo propio en la liga búlgara. Al formar parte de una comunidad pequeña dentro de los Balcanes, primero soportan el nacionalismo serbio y más tarde la ocupación búlgara, con lo que el equipo de fútbol se acaba convirtiendo en una referencia para mostrar sus señas de identidad macedonias.
Ante los pobres resultados que obtienen, Dimitriy contrata como entrenador a Ilesh Spitz (Richard Sammel), alemán de origen judío, antiguo delantero de fútbol que alcanzó cierto renombre en su momento. Spitz, con sus métodos de entrenamiento y sus charlas a los jugadores, conseguirá aumentar su autoestima y convertir al Macedonia en un equipo que compite al mismo nivel que los grandes clubs.
Sin embargo la guerra vendrá a enturbiarlo todo, las autoridades búlgaras, favorables al régimen nazi, prohíben al entrenador sentarse en el banquillo y ejercen todo tipo de presiones para que el Macedonia no se imponga en la liga nacional búlgara. El partido final que decidirá el título, lo juegan con el Levski de Sofía, durante el encuentro habrán de soportar todo tipo de atropellos por parte del equipo arbitral, presionado y chantajeado, a su vez, por las autoridades para impedir el triunfo de los macedonios.
El argumento nos acerca dos temas que se van superponiendo a lo largo de la narración y que, a su vez, reflexionan sobre otros dos asuntos, es decir, son cuatro historias: El puramente deportivo; la relación romántica entre Kosta (Sasko Kocev), uno de los jugadores del equipo y Rebecca (Katarina Ivanovska); las turbulenta situación en los Balcanes; y el Holocausto.
El trabajo de documentación previo da como resultado, entre otras cosas, una magnífica ambientación de la película, reconstruyendo los equipamientos deportivos de la época, así como una réplica bastante cercana a lo que fue el campo de fútbol donde disputaba sus partidos el equipo de Skopje.
Pero no sólo esto, la riqueza en la recreación de los detalles del momento histórico es digna de alabar.
Buen trabajo de los actores en general, con algunos que destacan por lo entrañable de sus personajes, para mí, particularmente, los dos ancianos: Dimitriy y el judío Don Rafael (Rade Serbedzija), el padre de Rebecca; y el entrenador, Spitz, alemán y judío, un proscrito para las nuevas autoridades, peregrino por varios países huyendo del terror nazi y que encuentra entre los deportistas de Skopje y su presidente, a su segunda familia.
Con una buena fotografía y unos diálogos para no perderse (en este territorio de los Balcanes, o somos primos, o nos matamos entre nosotros), es de esas películas que conviene ver en versión original por la mezcla de los idiomas empleados, entre ellos el judeoespañol de los personajes sefardíes, muy agradable de oír para nosotros.
La película supuso el debut en el cine de la despampanante top model macedonia Katarina Ivanovska.
Treto Poluvreme es un film sobre el holocausto, pero no es otro más sobre el tema, sino que la manera en que está tratado el asunto le confiere un sello especial que hace sentir al espectador que está viendo un enfoque peculiar, una película hecha desde un prisma diferente, con cierta originalidad, de aquellos desgraciados sucesos. El espíritu de lucha y superación, la rebeldía frente a la adversidad y la injusticia, el combate del débil frente al fuerte, el amor y la camaradería, están presentes a lo largo del film.
La Segunda Guerra Mundial no acabó en el 45, al menos para algunos. El estreno de la película reabrió viejas heridas en Bulgaria, donde toda esta etapa ha sido borrada del imaginario colectivo, no se quiere ni oír hablar de ella.
El film presenta los hechos de manera que se culpa a los búlgaros de las deportaciones de judíos macedonios y además acusan al coguionista y realizador del film Darko Mitrevski, de parcialidad y de haber alterado los hechos a su antojo. Al parecer, en el famoso partido entre el Levski y el Macedonia, es cierto que se pitó un penalti contra el Macedonia cuando iba ganando 2-1, pero lo que no cuenta el film es que en ese momento, los jugadores macedonios abandonaron el terreno de juego, por eso se les dio el partido por perdido y no como cuenta el film, que hace ver que lo ganaron y que después se alteró el resultado en los despachos.
Además, el entrenador judío detenido, que en la película huye cuando le van a ejecutar gracias al sacrificio del presidente del club que se suicida tras matar al soldado que custodia a Spitz, facilitando la huida de este, en realidad se libró de la deportación gracias a la rápida intervención de algunos directivos.
Y, por último, lo que peor ha sentado en Bulgaria, Darko Mitrevski oculta el hecho de que dicho partido de fútbol, comienza con un escándalo porque los jugadores del “Macedonia” levantaban el brazo para el saludo nazi, pero los jugadores del “Levski” se niegan, por lo que fueron multados con 10.000 leva (que no levas, como he visto escrito en algún lado, pues leva es el plurar de lev, la moneda de Bulgaria) por la Federación de Fútbol de aquel entonces. En la película, lo que se muestra es que son los macedonios los disconformes con el saludo brazo en alto y que el guardameta es víctma de una terrible paliza al acabar el partido, por hacer con la mano el gesto de mofa que se aprecia en el póster anunciador del film.
La foto de abajo, está tomada al inicio de aquel encuentro, con los jugadores del Macedonia a la izquierda y los del Levski de Sofía a la derecha.
Dejando al margen cuestiones políticas y fidelidad histórica, el film es muy entretenido y podía haber ganado perfectamente el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, al que optó en 2013, pero claro, a los americanos no les gusta el soccer.
A mí me gustó, creo que está bastante bien tratada.
ResponderEliminarSaludos.
Es muy entretenida.
EliminarGracias por la reseña. No la he visto. De esas que se me escapan, un poco queriendo, al ver la cruz gamada en el cartel.
ResponderEliminarCreo que el cartel no está muy logrado, sin embargo, al ver el film se ve que ese (el del gesto de la mano), es uno de los momentos importantes de la película, aunque después, si buscamos datos alrededor del film, descubrimos, como digo en la la entrada, que Darko Mitrevski ha adecuado los hechos a su interés, vamos, que ha alterado la historia real.
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