Se narra la historia del Rey de Inglaterra Henry VIII Tudor (Charles Laughton), centrada en los años que transcurren entre el último día de su segundo matrimonio y su sexto y último enlace, un periodo que discurre desde 1536 a 1543.
Ana Bolena (Merle Oberon), es condenada a morir decapitada, el rey la acusa de adulterio. Sea o no cierto, el caso es que el monarca se libra de ella y en el mismo instante en que rueda la cabeza de la reina, contrae nuevas nupcias con Jane Seymour (Wendy Barrie), una mujer calificada por su esposo de tonta que fallecerá al dar a luz al único heredero varón del monarca.
Aunque está decido a no volverse a casar, razones de estado le llevan a unirse a Ana de Cleves (Elsa Lanchester); el matrimonio nunca se consumó y ella no llegó a ser coronada reina, bien al contrario se las arregla para, a cambio de permitir la anulación, recibir numerosas mercedes. El rey casa de nuevo con Catalina Howard (Binnie Barnes), decapitada en la Torre de Londres a causa de su infidelidad con Thomas Culpeper (Robert Donat). La última esposa, la única que sobrevivió a este hombre con fama de Barba Azul, fue Catalina Parr (Everley Gregg).
El retrato del rey que nos presenta, es el de una persona glotona, lividinosa, caprichosa, algo inestable y, en algunos aspectos, ingenua. Sin embargo, el tono de comedia ligera, desdramatizando las situaciones más desagradables y crueles, nos hace llegar a sentir simpatía por este peculiar monarca. La película tiene un especial encanto, en parte por la magnífica dirección del húngaro Alexander Korda, pero también por un guión que contiene chispeantes diálogos y una magnífica fotografía.
Se beneficia, asimismo, de un trabajo actoral de gran nivel, encabezado por el incomparable Charles Laughton, que gracias a este papel se llevó el Oscar a la mejor interpretación masculina. Descomunal, como siempre, sólo por verle merecería la pena ver el film. Disculpad si en próximas reseñas me repito, porque tengo en cartera varias pelis en las que actúa este hombre, pero es que es impresionante. Él sí que llena la pantalla, en todos los sentidos.
Un film que se ha convertido en un clásico, no es una película histórica al uso, sino que prefiere adoptar ese aire de comedia al que hemos aludido, pero que sabe insertar con acierto momentos dramáticos.
Película elegante, que va cogiendo aire a medida que avanza y con ese toque de humor británico que la hace muy divertida.
Típico producto de los Korda, uno de los mejores, con un ingrediente muy simpático: ver al matrimonio Laughton (Charles y Elsa Lanchester, su mujer en la realidad) discutiendo en la ficción.
ResponderEliminarSaludos
Ella interpreta a Ana de Cleves, la única de todas que no le gustaba... El humor va más allá del guión.
EliminarMe gustan estas películas que transmiten cómo eran en realidad. Nada que decir de la ambientación y la puesta en escena. La veré.
ResponderEliminarEs muy divertida.
EliminarEstos personajes tenían todos los defectos como la "chata". Bueno los de ahora quizás no sean tan adúlteros o sí "eso no lo sabemos" pero desde luego tener tienen los suyo.
ResponderEliminarSaludos Trecce.
Si nos fiamos de las biografías del personaje, desde luego no era precisamente un dechado de virtudes.
EliminarUff, menudo peligro tendría Juan Carlos si todavía pudiera mandar decapitar al que le sobrara. Adios Sofía, Iñaki,...
ResponderEliminar¿Te imaginas...?
Eliminar¡¡Menudo peliculón es este!! ¡¡Gracias Trecce!!
ResponderEliminarAlmaLeonor
Así es, Alma, una gran peli.
EliminarLaughton, inconmensurable. El cine de Korda hay que revisarlo cada cierto tiempo. Tiene mucho encanto.
ResponderEliminarGran película y extraordinario Charles Laughton.
ResponderEliminarUn grandioso actor de recursos ilimitados.
Qué decir de este hombre.
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