BLACK MASS: ESTRICTAMENTE CRIMINAL

 

El agente del FBI John Connolly (Joel Edgerton) convence a Whitey Bulger (Johnny Depp), un mafioso irlandés que estuvo en presidio años atrás, para que colabore con el FBI con el fin de eliminar a un enemigo común: la mafia italiana. Esta nefasta alianza provoca una espiral de violencia que permite a Whitey eludir el control de la ley, consolidar su poder y convertirse en uno de los más implacables y poderosos gangsters de la historia de Boston.

El film adapta la novela "Black Mass" de Dick Lehr y Gerard O’Neill, por la que obtuvieron el Premio Pulitzer y está ambientado en Boston en los años 70 y 80. Basado en la historia real del James "Whitey" Bulger, un capo de la mafia irlandesa, que tenía un pacto secreto con su hermano William "Billy" Bulger (Benedict Cumberbatch), un senador estatal y figura pública de Boston, y John Connolly, un viejo amigo de la infancia y ahora un importante cargo del FBI en Boston. Pretendían acabar con la mafia italiana de Boston, pero las cosas salieron mal y la violencia hizo acto de presencia tras desaparecer la mutua confianza, lo que provocó un aumento del tráfico de drogas, la extorsión y los asesinatos. Esto obligó a la fiscalía a intervenir y a investigar a la propia agencia de Boston.

Película que cumple, sin más y es que estos films de mafiosos cuyas historias se entrelazan con policías y políticos corruptos, dan para mucho y, a veces, con el simple hecho de contar la historia, a poco que se haga de forma aseada, atraen la atención del espectador. A uno le queda la sensación de que estas historias ya las hemos visto unas cuantas veces y que tampoco es que aporte nada nuevo al género, vamos, una de tantas de mafiosos, en esta ocasión con un personaje central absolutamente amoral que se va cargando a todo el respira a su alrededor, porque, eso sí, muertos hay unos cuantos.