James Miller (William Shimell) acaba de escribir un libro sobre el valor de una copia frente a la obra de arte original. En una presentación del libro, una galerista francesa le da su dirección y al día siguiente se encuentran y dan un paseo por el campo. A partir de una conversación con la dueña del bar donde toman un café, que confunde al escritor con el marido de la protagonista, ésta decide jugar a que, en efecto, este hombre al que acaba de conocer, lleva quince años casado con ella y tienen un hijo común. Él se presta a la charada y las conversaciones casuales se tornan en discusiones, como correspondería a un matrimonio de larga duración. Incómodo, pero sin valor para renunciar a ello, el escritor va buscando argumentos para fingirse reprochado y para pedir disculpas por omisiones de las que no ha sido autor.
La película transcurre en Arezzo, un pueblecito de la Toscana en el que los protagonistas pasean, mientras Elle (Juliette Binoche) lleva al hombre de turismo.
El error de la camarera hace que la relación de los dos protagonistas se transforme en la de una pareja tradicional y da pie a que el reconocido realizador iraní Abbas Kiarostami, autor también del guión, reflexiones sobre las relaciones matrimoniales tras unos cuantos años de convivencia.
Lo hace de una manera particular que responde a su manera de concebir el cine, buscando una propuesta que resulte diferente y centrando la narración en un ininterrumpido diálogo entre la pareja, muchas veces con frases insustanciales o poco relevantes.
Magnífico trabajo de Juliette Binoche, que le valió el reconocimiento del Festival de Cannes, dependiendo de las expectativas y los gustos del espectador, puede hacerse algo tediosa o, por contra, para quien sepa verlo y lo valore, casi un ejercicio de estilo, con ganas de innovar sobre un argumento que nos muestra la evolución de la pareja en el tiempo, la imposibilidad de mantener la pasión de manera constante y lo complicado que es evitar la monotonía, las dificultades que plantean los hijos y la búsqueda de alicientes para seguir manteniendo la llama del amor.
Me gustó bastante esta película, que habla del paso del tiempo y de cómo afecta a las relaciones.
ResponderEliminarNo es película para cualquier espectador, hay que saber apreciarla, sin que esto signifique menospreciar a nadie, por supuesto.
EliminarUna lástima que Kiarostami nos dejase tan pronto... Amenazo con dedicarle un monográfico próximamente.
ResponderEliminarAhí tienes un filón de ese cine que no a todos gusta, pero que es verdadero deleite para quien lo aprecia.
EliminarSolo la he visto una vez y quizás debería darle otra oportunidad, pero de moemnto estoy en el bando de los de "muy tediosa"
ResponderEliminarPienso que es de esas películas que no ofrecen término medio.
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