El doctor Bull (Will Rogers) trae al mundo a sus paisanos y pospone la partida de estos en la medida de lo posible. Receta la medicina del sentido común y acepta agradecido sus pequeñas recompensas. Sus pacientes lo llaman "Doc".
Pese a su prestigio profesional, el doctor George Bull comienza a ser puesto en entredicho por alguno de sus vecinos del pueblo por sus frecuentes visitas a la viuda Janet Cardmaker (Vera Allen), cuando en realidad, en casa de ella, Bull, conversa con la viuda, junto al fuego de la chimenea, se relaja, la escucha leer en voz alta Alicia en el país de las maravillas y sueña con dormir un mes entero.
Pese a las advertencias del médico, la contaminación causada por un campamento de constructores instalado en terrenos de los Bannig, dueños de la rentable central eléctrica, provoca una epidemia tifoidea. Pero los poderosos Bannig, inmediatamente dan la vuelta a la situación en la que encuentran un arma que esgrimir contra Bull, su incómodo adversario. La familia manipula entonces la reunión municipal para cargar las responsabilidades sobre la máxima autoridad sanitaria, precisamente el doctor Bull. La señora Bannig (Louise Dresser), con exquisita cortesía, se levanta para pedir el voto; Bull consigue sólo el respaldo de cinco de los votantes y se le expulsa como médico del pueblo.
El guión adapta la novela "El último Adán", de James Gould Cozzens. En el libro, hay discusiones sobre el aborto entre doctor Bull y Virginia Banning (Rochelle Hudson). Estos se eliminaron del guión después de una queja de la Oficina Hays. En la película, solo hay una vaga noción de que está embarazada. Además, el personaje de Larry Ward (Andy Devine) tenía una enfermedad venérea en el libro, pero en la película es solo un hipocondríaco.
La película comienza y acaba en el mismo lugar, la estación ferroviaria de New Wington, el pueblo en el que vive el protagonista y en el que se desarrolla toda la acción, un lugar encerrado en sí mismo en el que todos saben de todos, todo el mundo se conoce y los chismorreos están a la orden del día.
En este microcosmos, Ford recrea unos cuantos estereotipos que van dando vida a los personajes de la película.
Bull es un buen hombre, chapado a la antigua, pero que se preocupa por el bienestar de sus convecinos y que lo mismo cura a una vaca moribunda que extrae las amígdalas de un jovenzuelo.
Fue el primero de los tres films que Ford rodó con Will Rogers como protagonista, está plagado de escenas de humor, con las que el realizador quita hierro al clima deprimente que se vive en el pueblo, con un personaje central que tiene una personalidad apática, pero que se gana, desde su aparición, la simpatía del espectador.
Una afortunada casualidad, en parte producto de la entrega del médico por sus pacientes, devolverá a Bull, no sólo el prestigio perdido, sino una aureola de fama, con un final feliz que redondea el clima afable de la película.
Peli gratificante de ver, tal como cuentas. Son las que Ford creaba con la inacable mina de los pueblos useños y sus vicios puritanos.
ResponderEliminarCreo que esa peli me gustaría mucho.
Una historia amable que se ve con agrado.
EliminarLa colaboración entre Ford y Rogers se saldo con tres inolvidables películas. Puede que esta no sea la mejor, pero ya querrían muchos directores haberla filmado. Seguro que Ford se imaginaba los personajes de Rogers de ascendencia irlandesa y, por supuesto, confederados (¿el actor lo era?, habría que ver su biografía, pero ahora no me apetece jajaja).
ResponderEliminarHablamos de los films menores de Ford, pero claro, siempre comparándolos con otras de sus películas y, en efecto, cuantos querrían contar con esas películas en su currículum.
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